Diario de León

La recomendación de... abel aparicio. escritor y caminante

la cepeda

abel aparicio

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León

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Conocer el corazón de la provincia de León es algo recomendable y si es en otoño, me atrevería a decir que casi necesario. La Cepeda ofrece todo lo que necesitamos, paisajes, buena cocina, tradiciones, deporte y un largo etcétera. Están ustedes invitados a pasar un fin de semana en estas tierras, ¡Alantre!.

Un buen lugar para establecer el campamento base es la casa rural Tío Vicente, en Ábano, pueblo situado al norte de la comarca. El viernes, para empezar bien el fin de semana y tener una panorámica de la comarca, subiremos al Cueto San Bartolo (1.322 metros) desde Villameca, lugar en el que hubo un monasterio de la orden de los Hospitalarios de San Juan. Para cenar, nada mejor que el restaurante Pandorado (Cogorderos), cocina típica cepedana y a buen precio. Recomiendo no ir muy tarde para la cama, ya que el sábado nos toca ruta en bicicleta de montaña, pero bueno, un chupito, unas cervezas... ¡qué os voy a contar!

El sábado a buena hora agarramos la bici y la ruta será la siguiente: Ábano-Villagatón-Los Barrios de Nistoso-Oliegos-Quintana del Castillo-Ábano (más detalles aquí: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7856066). En esta ruta destaca, entre otras cosas, la visita al pueblo de Oliegos, hoy sumergido bajo las aguas del pantano de Villameca, cuyo proyecto nació, según dicen, de Emilio Bardón, vecino de Quintana del Castillo. De Quintana no deberíamos marchar sin pasar por la panadería El Castillo, ya que tiene el mejor pan de todo el noroeste. En este pueblo tiene sus raíces Cayetano Álvarez Bardón, ‘Caitanu’, autor del libro ‘Cuentos en dialecto leonés’, libro de cuentos y relatos en la lengua asturleonesa, concretamente en la variante cepedana. Finalizada la ruta, nos dirigimos a casa, ducha, buena comida como puede ser cualquiera que lleve la famosa patata cepedana y una buena siesta.

Por la tarde podemos descansar un ratín leyendo alguno de los libros sobre esta comarca, como son ‘El aroma del viento’, de la A.C. Rey Ordoño I, de Villamejil; ‘Fauna cepedana’, de Ignacio Redondo o ‘Por tierras de La Cepeda’, de Antonio Natal. Uno de los mejores lugares para ver la puesta de sol en La Cepeda es el mirador de San Feliz de las Lavanderas (1.196 m.). Esta zona era transitada por un grupo de huidos durante la Guerra Civil y el Franquismo, entre los que destacaba ‘el Sastre de Riofrío’. Después de decirle adiós al astro Sol, nos dirigimos al restaurante La Escuela, en Donillas. Si queremos completar la noche, iremos al bar de Villagatón, con buena música y seguro, buenos parroquianos, entre los que se encuentra alguno de los mejores apicultores conocidos.

El domingo por la mañana, un buen plan es visitar el Torreón de los Pernía, museo de La Cepeda en la localidad de Otero de Escarpizo, cuyas riendas lleva de una forma excepcional el artista Benito Escarpizo. Para comer, nos dirigimos al Camping Reino de León, en Villamejil, donde preparan la carne a la brasa de forma excepcional. Para que el fin de semana sea perfecto, por la tarde visitaremos los pueblos que ya caen para El Bierzo, Montealegre y La Silva. Por estos lugares pasaba una de las dos rutas xacobeas –hay quien dice que son tres— que pisaban suelo cepedano. Las conocidas como Ruta de Mazanal, que comunicaba Astorga con Ponferrada por el puerto de Manzanal y la Ruta de Carrizo, que unía El Órbigo y La Cepeda con El Bierzo a través de Carrizo, Villameca y Cerezal de Tremor. Se habla de una tercera, la ruta de Herman Künig, pero nadie tiene claro por donde transcurría.

Lo dicho, un fin de semana completo y seguro que inolvidable, La Cepeda presta a esgaya, ¿vémonos por eiquí?.

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