la bodega del húmedo

A brió sus puertas el pasado viernes en el número 8 de la calle Plegarias, frente a la iglesia de San Martín, en el mítico Barrio Húmedo de León, y ya está en boca de todos. La calidad del producto que ofrece, el trato amable y cercano y la cuidada decoración convierten a La Bodega del Húmedo en el lugar perfecto para disfrutar de un buen plato de comida tradicional, elaborada respetando los estándares de la cocina leonesa, y donde la cuchara tiene un protagonismo especial durante toda la semana. También el arroz, preparado de diferentes maneras, es un ingrediente fundamental en la amplia carta elaborada por la gerencia de este restaurante, que ofrece, igualmente, suculentas tapas y ensaladas apoyadas en productos de la zona. Los fines de semana están dedicados, de una forma más concreta, a mariscos y pescados. Entre los últimos, sobresalen aquellos que siempre han estado en la base de la cocina leonesa: el bacalao y el congrio.

Pero como son los platos de cuchara —exponentes por excelencia de la comida tradicional— los que marcan la oferta gastronómica de La Bodega del Húmedo, especialmente ahora que el otoño trae una bajada de temperaturas con la que apetece calentar el estómago y, ya de paso, el espíritu; bien está hacer un repaso a lo que este restaurante ofrece. Hay fijos. Los lunes y viernes se sirve patatas con congrio y almejas, los martes y jueves, cocido leonés; los miércoles, botillo; y sábados y domingos, el relevo en los fogones lo toman las alubias con centollo. Si la boca aún no se ha hecho agua con sólo escuchar sus nombres, bien seguro que a los arroces no se resiste. En la filosofía misma de La Bodega del Húmedo está convertir el arroz en su especialidad, preparado con bogavante, con marisco, negro o a banda. Sea como fuere, exquisito.

Pero no sólo de pucheros y arroces vive este restaurante, que en su apellido lleva también las palabras ‘bar de tapas’. Y ¡qué tapas!. Tabla de embutidos, cecina y morcilla de León, queso curado de oveja, croquetas caseras, mollejas, pulpo, manos de cerdo, huevos rotos o cazurrada (puerros, pimientos y jamón). Esto son tan sólo algunas de las referencias de su carta de ‘picoteo’, degustables en la plata alta del local, bajo la cual se ha dado forma al comedor del restaurante, para una cena más descansada, con capacidad para unos cincuenta comensales.

Como el producto es importante, La Bodega del Húmedo tiene previstas también varias jornadas gastronómicas que se celebrarán con carácter cuatrimestral. Las primeras, en noviembre y febrero, estarán dedicadas al marisco y los guisos de buey, respectivamente. Y es que de carne bien saben los propietarios de este establecimiento, que también llevan las riendas de otro referente en el Húmedo: La Parrilla del Húmedo, especializada en carnes rojas.

Así pues, entre las 12.00 y las 16.00 horas y de 17.30 hasta la hora de cierre, La Bodega del Húmedo pone a disposición de sus clientes una cocina de altura.