Diario de León

La recomendación de... Nuria González, periodista

Donde el tren aún se detiene

n. g.

n. g.

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Todo el mundo debería tener un pueblo. Un pueblo que recordar cuando estaban habitadas todas sus casas, cuando los niños y jóvenes llenabamos los bares, más de uno, que había en los pueblos, cuando tener estación de tren o cine era más que un lujo, cuando recorrer una a una sus fiestas tenía el encanto que el paso del tiempo ha ido apagando. Una tierra donde la historia deja leyendas sobre la búsqueda de oro que aunque se buscó intensamente años atrás nunca se encontró.

Yo tengo dos pueblos. Uno es Vega de Magaz, el de mi padre, donde el tren paró por primera vez en 1868, donde existió una fábrica de harinas y otra de chocolates; y otro, Castrillo de Cepeda, el de mi madre, donde la Fiesta del Turista, en agosto, llegó a ser una de las más afamadas de la provincia. Hasta fuegos artificiales había cuando ni siquiera existían en la capital. Ambos están situados en la comarca de La Cepeda y aunque con el paso de los años hemos casi abandonado esas visitas semanales que nos llevaban a mí y a mi familia de la ciudad al pueblo todas las semanas, el paso del tiempo ha permitido ver cómo han cambiado y languidecido conviertiendolos en un remanso de paz.

Apenas hay ya bullicio, sólo en fechas señaladas en verano, pero ello no es óbice para poder contemplar y visitar todos los pueblos que forman este pedazo de la geografía de la provincia leonesa, alrededor de una treintena.

Rincones desconocidos para muchos a los que el silencio confiere un encanto especial más que aptos para el turismo rural más escondido. Hoy las propuestas de entretenimiento pasan por rutas de ocio, la visita a restos de anteriores civilizaciones, a espacios dónde la cultura se sirve a retazos, a antiguas iglesias, casas tradicionales, antiguos molinos o sumergirse en las aguas pantano de Villameca durante el verano. Todo ello, siempre, en medio del silencio y del cantar de los pájaros que dan fe de que el tiempo ha dejado su huella.

tracking