Restaurante Serrano: micología en versión gourmet
El mundo de las setas no ofrece secretos para la familia, que combina el gusto por la tradición con las mejores recetas que le han permitido hacerse con un Sol de la Guía Repsol
MIGUEL ÁNGEL ZAMORA
A Jesús Prieto Serrano le viene la tradición de familia. Es hijo del matrimonio que en 1982 decidió poner en marcha una iniciativa apasionante para el mundo de la gastronomía, y con las setas y la micología por bandera, ahora Restaurante Serrano es una referencia para Astorga y para todo el noroeste en esta materia.
Junto con su hermana Miriam Prieto, conforma el núcleo familiar que pusieron en marcha Jesús Prieto Marquegui y Telvi Serrano, un matrimonio pionero que aparte de la gastronomía de los hongos, también domina la de los vinos.
En pleno centro de Astorga, junto a la Catedral y al lado del Palacio Episcopal, el Camino de Santiago y la Ruta de la Plata acompañan los quehaceres de una casa que se encarga especialmente de trabajar el producto de temporada, y que siempre tiene los mejores víveres para que quienes se acercan al restaurante disfruten de la vida y del paladar.
Cuenta la casa con un Sol Repsol y con una clientela que vale una constelación entera. Es la combinación perfecta de dos mundos, el de quien viene a disfrutar del gusto y el de quien hace del tacto la mejor forma de tratar a los amigos que se acercan cada día a la casa.
Con todo, la innovación está a la bandera de la casa. Bono Chocolate, Bono Gourmet, Bono Nemesio o Bono Nuestros Clásicos son referencias de la casa para quienes quieren satisfacerse con una experiencia sin igual. Todo es cuestión de dejarse llevar por la tentación para caer en el pecado de disfrutar de una propuesta que no tiene parangón y que para los amantes de las setas, es un gusto sin igual.
El horario de apertura es sencillo. Comidas, de martes a domingo entre 13.30 y 15.15 y cenas, de martes a sábado de 20.30 a 22.15 horas. Lo demás es decidir qué es lo que apetece y de qué forma se degusta. Con la propuesta de Restaurante Serrano, todo viene de la mano. No hay más que dejarse llevar y degustar un mundo de sensaciones.