Atención sanitaria: viejos problemas y nuevos retos a los que hacer frente
«Con los recursos que tengo, ¿cómo doy el mejor servicio posible?». Esa es la ecuación que se plantea ante un folio en blanco la nueva gerencia regional de Sacyl para intentar mejorar la asistencia sanitaria en un territorio en el que ya se viene haciendo un gran esfuerzo económico para financiar la sanidad pública, como demuestra el hecho de que el gasto por habitante alcance los 1.600 euros frente a los 1.300 de media del país.
Es, evidentemente, una tarea condicionada a la solución de la negociación sobre la financiación estatal a las comunidades autónomas. Y en ese sentido Castilla y León tendrá que poner sobre la mesa —y hacerle entender al ministerio— que el envejecimiento y la dispersión poblacional tienen un coste añadido para el sistema y que, por tanto, la asignación per cápita debe ser más elevada que en otros territorios.
Exigir es el punto de partida, pero tan importante o más es gestionar los recursos —todos, no sólo los económicos—con la máxima eficacia. Y en ese sentido el campo de trabajo y el margen de mejora son muy amplios. Para empezar, es evidente que hay notables carencias en la plantilla —no hay día que falte noticia al respecto por cierres de servicio por bajas o vacaciones— como consecuencia de años de recortes indiscriminados al amparo de la recurrente excusa de la crisis. Cubrir todas las plazas, especialmente de médicos, no es sencillo en hospitales pequeños y determinadas zonas, particularmente en la provincia de León. Pero la confirmación esta misma semana de que se alcanzará el récord histórico de los MIR reconocidos por el ministerio supondrá un alivio para servicios como pediatría y medicina de familia. También para enfermería en su caso.
Luego están las carencias particulares, largamente arrastradas y que tienen que dejar de ser eternas promesas, como radioterapia en el Bierzo, el tercer acelerador para el Hospital de León, los centros de salud del Ejido, Sahagún, Villaquilambre, San Andrés y Bembibre, y el nuevo edificio de consultas de Ponferrada. Y una prioridad por encima de todas: mejorar la eficiencia e incrementar la actividad quirúrgica en los hospitales, algo que sobre todo permitirá aliviar las listas de espera, tras haberse detectado un desfase de 8.928 pacientes. Y, claro, aligerar también la espera para las pruebas diagnósticas.