Diario de León

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Capucha ceñida y pañuelo tapabocas de forajido farwest, suficiente para blindar tu anonimato. Y si vas por nota, verdugo de lana negra, tres bujeros para ojos y boca, más profesional, más luchalibre, acojona el doble. Y ahora, ¡a jugaaaar! Enciende el videojuego. Y enciéndete tú. Se van a enterar esos guardias de cual es el precio justo de un adoquín que lanzarás a matar agazapado tras barricada de basura que incendiarás después si tu brigada guerrera ha de ceder posición buscando atrás otro cruce (de manual) para apilar más contenedores y que vomiten fuego alto. A esto y poco más se reduce el operativo de guerrilla urbana que te fijan cada noche para que, ante cien cámaras y farolas, puedas exponer a vecinos y urbi et orbi tu furioso argumentario contra el Sistema, el Borbón, el Estado carcelario, los cambiadores del clima, el Real Madrid o el sursum cordial de Marlaska (para empezar). Guerra intensa, sí, pero en cómodos plazos y a distancia segura. Tranquilo, pues, tu riesgo es mínimo, los guerrilleros siempre vuelven a casa a dormir. Y si los de la porra infiel llegan a detener alguno, no hay mejor disculpa para juramentaros y volver mañana a vengar la mala noche que le habrán dado al camarada de armas en los calabozos de las Fuerzas Represoras y de Ocupación. Además, te llega algún refuerzo fraterno de lejos: nacionaleros, anarcos y antisistema ya doctores por París, Italia, Escocia, Euskadi, Ucrania... ¡cómo no iban a apuntarse a este Congreso convocado en Barcelona para pasar de tesis a praxis y ahostiar pretorianos unos días!, es decir, unas noches, como el turismo de borrachera, pero con un pedo de consignas del copón, fiesta a muerte, nuevo escenario, nuevos amigos; y el que no folla pilla pedal por la cara, cortesía de los boixos (locos) de esta kulé-borroka que, ya por rutinaria, empieza a aburrir más que a sublevar. Pero tú persiste, noi, goza del papelazo que te exageran los políticos urgidos a ordeñar votos por tu cara fea y que lo histerizan todo aunque sepan lo mismo que tú sabes: que tan solo eres un puto pringao con disfraz de encabronao.

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