EDITORIAL | Diálogo para frenar la crisis en Ponferrada

Lo que en principio era una buena idea, probablemente compartida por todos, para apoyar al comercio de Ponferrada se ha ido consolidando como un problema que amenaza con enquistarse. Facilitar más plazas de aparcamiento con el fin de que los clientes puedan disponer de tiempo a bajo coste en el centro de la ciudad —áreas naranjas— parecía adecuado, porque el pequeño comercio de la capital del Bierzo pasa por un momento especialmente delicado ya que se le une, a las nuevas tendencias de consumo, la grave catarsis económica que ha generado en toda la zona el adiós precipitado, sin ningún tipo de transición, de la actividad minera y de una de las centrales térmicas y la inminente liquidación de la otra. Ayuntamiento y vecinos de La Rosaleda, y probablemente abriendo un espacio a los comerciantes, deberían escuchar las razones de los otros. Seguro que la mejor fórmula para la ciudad es la consensuada.