Editorial | Macromesa que tiene que aclarar cómo y cuándo tomará iniciativas

La Mesa por el Futuro de León se pone hoy en marcha aunando esperanzas y sospechas. La manifestación del pasado 16-F puso en claro la preocupación ciudadana por la ausencia de oportunidades que padece la provincia y también la demanda de inversiones y alternativas sin mayores dilaciones. La concentración masiva exhibió que los ciudadanos creen que se puede hacer algo, que existe esperanza. En caso contrario se habrían quedado en sus casas. Pero también existe una sospecha sobre las intenciones de unos y otros, y el nivel de compromiso entre los que hoy se sentarán en una mesa en la que se han habilitado hasta 18 sillas.

La encuesta de la web del Diario de León pregunta esta semana sobre si los partidos sabrán resistirse a la tentación de utilizar este foro como arma política arrojadiza. Y el balance parcial de sus primeras horas es demoledor: el 7% cree que sí y el 93% augura que no.

El inicio a las 10.30 horas de la sesión de puesta en marcha servirá de termómetro para comprobar las intenciones reales de sindicatos, patronal e instituciones. Los ciudadanos queremos saber los planes concretos a corto, medio y largo plazo. Los que ocupan las sillas deberían ser conscientes de hasta qué punto la gente mirará con lupa todo lo que ocurra. La primera duda es si será operativa una macroasamblea como ésta, porque si se trata de perder el tiempo en palabras esa fase ya no tiene sentido. Ni justificación.

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