Editorial | Amenaza del fuego bien controlada

El balance de los incendios forestales del comienzo de año registra un notable descenso respecto a 2019. Son unas cifras esperanzadoras sobre una lacra a la que lamentablemente parecemos condenados y que este verano presentará unas circunstancias también especiales. El confinamiento de las personas limita más si cabe la siempre insuficiente limpieza de los montes. Y las administraciones, como resulta entendible, no dispondrán de todos los medios para poder atajar con premura los focos desde su momento inicial, sin duda la mejor fórmula para reducir los daños. El llamamiento a la prudencia tiene que hacerse si cabe más rotundo, y con una solidaridad de la población como la que se está demostrando en líneas generales en esta pandemia. Con el esfuerzo de todos se pueden conseguir cosas importantes, y a estas alturas parece totalmente innecesario recordar lo fundamental que es el respeto al medio ambiente.