Editorial | Por respeto, hay que cuantificar bien los muertos

El inmenso dolor que padecen decenas de miles de familias en España tiene que hacerse un hueco en la agenda del Estado. Y la mejor fórmula es reconocer su situación. Roza el insulto el que a día de hoy no sepamos cuántas han sido las víctimas mortales de esta pandemia. Las cifras son importantes, precisamente para que podamos ser conscientes del riesgo que supone todo esto, y para que nadie pueda sentirse víctima de segunda porque no tuvo acceso a una uci o a un respirador, y lo enviaron a casa. Como en tantos asuntos cada víctima cuenta, y no pueden mantenerse por más tiempo estas acciones de trileros intentando encubrir y maquillar una ingente tragedia que nos rodea.