Editorial | Renfe vuelve a agraviar a los leoneses sustituyendo trenes por microbuses
La última peripecia, que supone el enésimo agravio para esta provincia, la acaba de poner en marcha Renfe con la recuperación del mal llamado —en todos los términos— «servicio regional exprés León-Ponferrada» que la compañía ferroviaria cubrirá... en microbús y por carretera. Lo publicita en un comunicado en el que detalla las paradas a realizar en las estaciones a lo largo de todo el trayecto y los horarios. Y sin ningún rubor, por si las condiciones no fueran ya suficientemente penosas, deja al descubierto que el viaje entre las dos ciudades tiene una duración de tres horas menos cinco minutos. Eso si hubiese un cumplimiento estricto del mismo.
El escenario es realmente tercermundista y la solución —una tomadura de pelo a los usuarios—, sencilla desde el punto de vista operativo y de bajo coste para la compañía. Pero injusta y con extraordinarias limitaciones para el viajero —«no se admite el transporte de animales de compañía ni bicicletas», remata la nota—, como por ejemplo el número de plazas, lo que sin duda motivará una nueva oleada de quejas por el incumplimiento de la obligación de servicio público al que se debe la compañía.
No será, probablemente, lo último que veamos en el plan de recuperación de los servicios de media distancia y regionales suspendidos desde marzo como consecuencia de la pandemia y que ya entonces se caracterizaban sobre todo por los habituales retrasos, la falta de eficiencia, la discontinuidad y en general la insuficiencia en una de las líneas, como es el caso, más demandadas del entramado del noroeste.
La presencia de la provincia de León en el futuro de las comunicaciones —lo repiten machaconamente las administraciones— pasa por una puesta al día de la línea ferroviaria que comunica León con Galicia a través de una infraestructura históricamente marginada por los distintos gobiernos. Su incorporación a los planes de inversión europeos y al Corredor Atlántico es esencial para el desarrollo del noroeste peninsular. El Gobierno deberá presentar a Europa en 2021 sus prioridades en esta materia. La Mesa por el Futuro de León —agentes sociales, partidos, patronal y sindicatos— tiene aquí un inagotable filón de trabajo y un desafío irrenunciable.