La construcción teme otro tropiezo

La recuperación económica, lastrada ahora por la pandemia, parecía consolidar el crecimiento de la actividad constructora, después de los durísimos años que siguieron al estallido de la burbuja inmobiliaria. El sector, que sólo tuvo una breve parada durante el confinamiento, mantiene la actividad por la inercia de las obras ya iniciadas; pero advierte de que las licencias para obra nueva se han frenado en seco en los últimos meses. Y eso hace augurar dificultades a corto plazo.

Unas dificultades a las que no puede sumarse un año más la falta de presupuestos generales del Estado, cuyo retraso se traduce en una ya alarmante falta de inversión. Las sucesivas prórrogas presupuestarias, y la parálisis en las obras públicas que implican, ponen contra las cuerdas a todo un colectivo empresarial que ahora teme que el coronavirus le dé la puntilla. Por eso tienen puestas sus esperanzas en la lluvia de millones del programa europeo de recuperación económica.