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No al de los indios y los vaqueros, con sus plumas y sus revólveres, que eso queda más bien estos días por Madrid. Bienvenidos al Oeste de la despoblación y la debacle económica, a esta parte del territorio nacional cada vez más despegada de las oportunidades y rezagada en las velocidades que antaño imprimieron las infraestructuras, y cara al futuro pretenden dirigir las economías verdes y digitales. Bienvenidos al medio rural ese que dicen ahora que tanto quieren los teletrabajadores y los temerosos de las pandemias. ¡Ja!

Como no se traigan su propio empleo, su medio de transporte para escolarizar a sus hijos, y un buen puñado de euros para convertir las bucólicas cuadras de adobe derrumbadas en viviendas acondicionadas para estos frescos van a durar aquí un cuarto de hora. Turismo rural, sin más.

Hace mucho que los datos de fondo del mercado laboral leonés no son buenos, ahora hay que maquillar mucho la realidad para no reconocerlos desesperanzadores. Sólo Orense tiene una tasa de actividad más baja que León en todo el país. Eso no es nuevo, pero es cada vez más agudo. Ya menos de la mitad de la población de la provincia está trabajando o en disposición de hacerlo. Y una lacra a mayores: las mujeres leonesas tienen la tasa de actividad más baja de todo el país. Lamentable y revelador.

Con estos mimbres y la destrucción de empleo que la pandemia acumula a recesiones anteriores, y que aflorará cuando los Ertes lo permitan, tejer el futuro se antoja laborioso. Es verdad que hay sectores pujantes, empresas que apuestan por esta tierra y talento. No suficientes, a la vista de los datos está.

No es este un análisis victimista. Es lo que hay, y negarlo o maquillarlo no tiene sentido. Sin análisis certero de la realidad, autocrítica razonada y voluntad de enderezar el rumbo no hay cambio posible. Si es que con todo eso es aún viable torcer la tozuda trayectoria descendente del panorama leonés.

Ahora que todos aguantamos el elogio a la vida ‘a la madrileña’, con el disfrute de los atascos, las cañas, la ventaja de no volver a ver a tu ex y otras sandeces que insultan la inteligencia, habrá que buscar una melodía para la vida ‘a la leonesa’. Sería estupendo que no sonase a fado. Un hermoso lugar donde da pena refugiarse.

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