Editorial | El abandono no puede ser la solución

Un año ha pasado desde que se prohibió la caza en el Parque Nacional de Picos de Europa, después de seis años de moratoria en la aplicación de la ley, y los negocios de los valles de Valdeón y Sajambre siguen sin solución respecto a las indemnizaciones que deben cobrar por el cese de la actividad cinegética. Un estancamiento imperdonable porque dilatar en el tiempo las diferencias no permitirá acercar posturas, y sólo indica dejadez y desinterés en establecer una solución necesaria, a la que tienen derecho quienes han perdido con el cese de la caza buena parte de los ingresos que percibían anteriormente. Tanto los ayuntamientos como los negocios que vivían de este tipo de turismo.

Más allá, buena prueba de la dejadez es la falta de soluciones para el desequilibrio ambiental que produce el fin de la caza. Proliferan sin control jabalíes y lobos, con los destrozos que están causando. Una situación intolerable.