Nueve tropiezos con la memoria

Un stolpersteine es una piedra en el camino. Una piedra con la que uno puede tropezar. Desde el próximo 27 de enero, en la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada, a los pies de la Casa Consistorial y cerca del instituto Gil y Carrasco, los que paseamos por la capital del Bierzo tendremos nueve ocasiones de tropezar con la memoria en nueve cubos dorados de piedra y latón con los nombres de nueve bercianos que murieron en los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial, víctimas del nazismo. Nueve nombres en nueve adoquines. Nueve historias de nueve hombres que perdieron la guerra en España y después perdieron la vida lejos de casa, con el triángulo azul de los apátridas cosido en el pecho.

Nacieron en nueve pueblos del Bierzo. Y terminaron sus días en lugares con nombres que estremecen; Mauthausen, Gusen, Buchenwald. Nombres asociados a lo peor que ha engendrado la humanidad; los campos de exterminio, donde los nazis asesinaron a millones de judíos, comunistas, socialdemócratas, gitanos, homosexuales de toda Europa, y a miles de republicanos españoles, sin patria, que se habían refugiado en Francia después de la derrota. Franco se desentendió de ellos. Y no recibieron el trato menos cruel de otros prisioneros de guerra encerrados en los Stalag . Algunos de ellos pasaron de esos campos de detención a los de exterminio cuando los nazis descubrieron que eran españoles, republicanos, y que nadie se iba a preocupar por ellos.

Sus nombres, hay que escribirlos otra vez porque la ARMH busca a familiares de siete de ellos para que participen en el homenaje del día 27, son; Antonio Abella Barredo, de Paradaseca, Manuel Crespo, de Villafeile, Ceferino García, de Tejedo, Eulogio González, de Páramo, José Perez Canedo, de Balouta, Eduardo Samprón, de Villasinde, José Antonio Calvete, de Albares, Agustín Ovalle, de San Juan de la Mata, y Elpidio González, de Palacios.

Cuando pase por la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada mire al suelo, por favor, y acuérdese de ellos.