Aleluya, aleluy

No puede haber mejor noticia. Vino la lluvia al fin y copa los titulares lloviendo ahí tinta. Pero si no se sacaron los santos a estos campos ni se hizo una sola rogativa «ad petendam pluviam» en los cinco meses que ha durado esta terca sequía que llegó con lenguas de fuego voraz, ¿qué dioses nos traen este bendito jarreo que sujeta el polvo al suelo, lava la ceniza del monte y hace esporpollarse a la paloma guarecida en el alero?... ¿y qué Virgen de la Cueva a la que nadie cantó llora hoy sobre tanto olvido?...

Pues sólo hubo que tirar de memoria y pasear un viejo refrán que explica de antiguo estos extremos, que por conocidos no deben arrimarse alegremente al cambio climático que todo lo explica hoy:  Septiembre: o seca las fuentes o arrasa las puentes . Que llueva, que llueva, y que vuelva a llover, pues no hará falta hacer rogativas después «ad petendam serenitatem», serán sólo cuatro días, dice el meteorólogo, cuando para restaurar tantísima sed y secura haría falta lluvia de seguido dos o tres semanas; y aún así, se hará necesario además rezar temprano a la Virgen de las Nieves para no pillarla ociosa cuando toque vestir de blanco estas montañas, aunque el que tenga alma fina escuchará a los cielos responder a estas oraciones con un «guardad el agua, majaderos, no la despilfarréis, haced aljibes, estanques y cisternas, apresadla»... ¡agua para los pájaros y las bestias, para los surcos y los regatos, agua para llenar los cántaros de la cantarera del zaguán!... ¡agua va!... ¡y agua venga!... « Del agua vertida, alguna cogida »... ¿Y quién diseñó este planeta tan irregular?, ¿y por qué llueve tanto en el mar si ahí es donde no hace ninguna falta?, nos preguntó el nuevo camarero marroquí que sabe cómo se cuela el desierto en su cocina. Confiemos en el refranero, le consoló Otavito: « Cielo rojazo, agua a porrazo », « Golondrina en bajo vuelo anuncia lluvia en el cielo », « Hormigas acordonadas, pronto mojadas », « Sol que pica, lluvia indica », « Toro claro y Galicia oscura, lluvia segura »... y « Si el 14 de septiembre es ventoso, todo el año lluvioso »... pues venga hoy ventarrón, miércoles 14.