Diario de León

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La felicidad es un cuento chino. Mejor no perder el tiempo ni la energía en buscar algo que no existe. El Diccionario de la Real Academia Española define la felicidad, entre otras acepciones, como «ausencia de inconvenientes o tropiezos», un intangible que sólo cabe en los manuales junto a los crecepelos y vendemotos, lo que significa que intenta hacer creer a los demás en algo que no tiene el valor que realmente tiene. Y así, entretenidos en encontrar quimeras, se pasa la vida. 

El Premio Nobel de Literatura portugués, José Saramago,  dijo que la felicidad «consiste en dar pasos hacia uno mismo». Ese es el verdadero viaje que hay que emprender conscientes de que el destino no es el mismo para todos y mirar los escaparates como si fueran los modelos a seguir sólo lleva a  pasar de puntillas por lo que realmente somos y deseamos. 

Ahora que acaba el año yo no voy a desear felicidad, consciente como soy de que es una frase manida que nadie siente en realidad. ¿Qué le deseas realmente a alguien al que le deseas que tenga un feliz año?  Yo no sé qué es eso porque en la vida lo importante no es lo que te pase sino cómo afrontas lo que te pasa. Conozco a gente brillante, con éxito profesional, que sigue  buscando más de lo que tiene o teme perder lo que cree poseer. ¿Por qué? Me inclino a pensar que es porque sienten que ese escaparate al que mira la mayoría es el modelo que hay que perseguir. 

Mi mayor deseo para la vida es la serenidad. No hay mayor riqueza en el mundo que vivir una vida serena, aunque reconozco que tal y como está el patio cuesta más lograr ese objetivo que cualquier otro reto que cotiza más al alza en esta sociedad cada vez más crispada. Espero que tengamos  un año sereno, aunque caigan chuzos de punta, aunque los ataques lleguen por los cuatro costados, aunque las dificultades sigan siendo muchas porque «estar ausente de inconvenientes y tropiezos» es perseguir un engaño, una falsedad que nos imponen para que sigamos en un ciclo en el que son otros los que establecen los criterios para la vida. Para tu vida.

Siempre hay personas con buena voluntad (léase con doble intención) dispuestas a opinar y juzgar lo que haces, no haces, dices y no dices en la vida. «Me matan si no trabajo y si trabajo me matan, siempre me matan, me matan, siempre me matan» (Nicolás Guillen).  

Y como es de esperar que el año empiece tan crispado, alterado, ruidoso, exasperado, cabreado, enfurecido e irritado como acaba, habrá que colocar un filtro para que seamos capaces  de que las complejidades de la vida no alteren nuestro equilibrio. Como dijo la  escritora Françoise Sagan yo deseo un año «con buena salud, dormir sin miedo y despertar sin angustia». Todo los demás, al escaparate.

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