Diario de León

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La carita de una niña, de un niño, guarda la esencia de la inocencia. De la pureza. Almas cándidas sin malicia, que recogen el espíritu de las mentes limpias. Eso sí no es la hora de comer o de acostarlos. Pero esa es otra parte del Evangelio según los Padres. (Es apócrifo y no está acabado).

¿Qué puede haber en una mente humana para hacer daño a semejantes criaturas? ¿En qué parte de la evolución de la especie se rompió la cadena para desviar los más bajos instintos del ser humano? Y sobre todo: ¿Cómo la Santa Iglesia Católica y Apostólica, la misma que encendía las hogueras para quemar a las brujas puede soportar el peso de sus ovejas descarriadas sin más sonrojo que el políticamente correcto?

Botines deja que los niños se acerquen esta mañana al cielo. Con las palmas y una sonrisa. Con algo que estrenar este Domingo de Ramos, para no perder ni los pies ni las manos.

Multitud de parroquias de la capital y la provincia entera celebran una de sus fiestas grandes. Desde las 8.30 de la mañana bulle Santa Nonia. Hasta la hora del ángelus en los pueblecitos más recóndito. Dios también sabe escalar montañas.

A la caída de la tarde, la Virgen del Gran Poder se presenta ante el titular de la cofradía del mismo nombre con su bordado grabado a fuego en el corazón. Lo ha hecho el grupo de bordado de la penitencial de plata que vale su peso en oro. Después se entrecruzarán el Nazareno Ranero y el Señor de la Redención. Al Dainos le reverenciará el Ecce Homo que Fernando Aguado convirtió en otra obra de arte a sumar a la escalinata de flores de sangre que lo encumbra. «Dainos señor buena muerte» declamará el pueblo leonés en castellano antiguo. La imponente figura de la Divina Gracia esperará su turno para cerrar la procesión y el domingo. La que da «pellizcos en el corazón» al verla pasar. Lo confesó en privado la pregonera, Laura Cordero. Lo hace público la penitencial de sangre y luto que coreografía con la horqueta el giro a la vuelta de la esquina: cuando la madre entre en Las Carbajalas de vuelta a casa, el calendario ya empezará a hacerse lunes. No acaba sino de comenzar el programa y de repente hoy cuando anochezca, al fondo del almanaque ya amenazará incipiente el Domingo de Resurreción.

Aparta de mí ese cáliz. Tantas noches soñé con que repicaban las campanas de la Iglesia del Mercado... y ahora asoman en lontananza las palomas volando por encima de la Catedral. Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando . No marques las horas, reloj. Ella se irá. No es para siempre, pero... mejor no pensarlo.

Una limonada ayuda a pasar mejor el trago. Con aceitunas negras y pimentón. Sabe a León.

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