Diario de León

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Como cité hoy aquí a Raúl Pérez por curiosearle cosas del cantor argentino Horacio Guarany, al que le corría en vena sangre leonesa y guaraní, aquí le digo ya que tiene mucha dimensión el personaje, el niño nacido en monte talado, penúltimo de 14 hermanos, todo un estudiador, escritor de entraña, compositor y guitarrero, comunista a voces, pero amigo personal de Menem, que al final le defraudó, verseador en chacarero, leal a una memoria sin odios, pero con mucha pena, y objetivo de muerte de los milicos de la AAA que llegaron hasta ponerle una bomba en su casa, teniendo que exiliarse a Méjico, Venezuela, España... todo un tipo con mucha novela al andar, lo refleja en sus «Memorias de un cantor». Tiene voz que a veces truena en alarido, o susurra, palabra clara, y es considerado, ya te dije, el mejor cantor folklorista de toda la historia argentina, tanto, que hasta el Congreso de allá le otorgó un título reconociéndolo.

Y fisgando en internet, te cuento, Raúl, que Horacio tenía un padre con dos padres: el de verdad, indígena guaraní que le abandonó de crío en una chacra de españoles para poder huir tras matar al socio, y el de aquella familia que le dio su apellido Rodríguez. Ya mozo se casó con una emigrante leonesa, Feliciana Cereijo, y a Horacio lo llamaron Eraclio Catalín (lógico buscarse un nombre artístico). Su padre trabajó de hachero por una miseria para la compañía inglesa La Forestal que allí deforestó todo bosque centenario. Y recordaba mucho a su madre criando a 14 y obligada a trabajarse algo de huerta y grano arando con dos vacas que llamaba Primavera y Golondrina por no ver nunca en León vaca sin nombre. Cuando empezó a cantar en Buenos Aires a los 27 y le preguntaban de dónde venía, decía «de donde los niños se quedan ciegos para no ver el llanto de la madre». Memoria. Clase. Así que te invito, Raúl, a que le eches un ojo y una oreja a temas suyos en yotuves o explotaflais. Me da que os podéis parecer en algo más que en la barba, aunque la tuya, tan poblada y luenga, la veo más como de Jorge Cafrune, el otro cantor bravo.

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