Diario de León

El mirador Julia Navarro

La cabeza de Ábalos

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D esde el PSOE le venían reclamando a José Luis Ábalos que colocara la cabeza bajo la guillotina y se la dejará cortar sin rechistar para salvaguardar el buen nombre del partido y la respuesta ha sido ¡no! Sus compañeros le pedían la cabeza como cortafuegos para que el escándalo afecte lo menos posible a Pedro Sánchez. Vaya por delante que, en mi opinión, el caso Koldo no va a acabar con la presidencia de Pedro Sánchez. Y no porque no debiera de ser así, sino porque nuestro presidente ha aprendido a capear temporales. El caso Koldo es un bache en el recorrido de Sánchez y él y su equipo de confianza harán lo imposible por minimizar los daños y para eso necesitaban que el ex ministro Ábalos ofreciera su «cabeza» como responsable absoluto de todo lo llevado a cabo por el que fuera su mano derecha.

A lo que parece, el tal Koldo García, tenía mando en plaza en el Ministerio de Transportes, pero antes había sido hombre de confianza del actual secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, y desde luego no era ningún desconocido para Sánchez, ya que, según se ha publicado, fue el «guardian» de los avales que le ayudarían a convertirse en secretario general del PSOE. Esta parte de la historieta me resulta tan chusca como interesante.

Y cuando digo que «según se ha publicado» no me refiero solo a lo que se viene contando en los medios de comunicación sino que en ese libro titulado Manual de Resistencia firmado por el mismísimo Pedro Sánchez, cuenta que el tal Koldo García custodió día y noche sus 57 mil avales para su candidatura a la secretaria general de su partido. O sea que Sánchez debía de temer que alguien le «birlara» los avales y los puso bajo la protección de Koldo ¡Que fuerte!

Pero a los que vamos. Ahora mismo, en los aledaños monclovitas, deben de estar que trinan al no contar con la cabeza de Ábalos para evitar que el escándalo salpique a Sánchez y también al secretario de Organización del PSOE, el señor Santos Cerdán, que es quién les presentó a Koldo, y de rebote a la presidenta del Congreso, Francina Armengol y al ministro de Política Territorial y ex presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres.

Sánchez y los suyos, tanto presumir de honrados, para terminar salpicados por el caso Koldo. El caso no es solo el caso Ábalos, es también el caso Sánchez. Lo que valía para Rajoy debería de valer también para Sánchez. Lo que queda por ver en esta tragicomedia es si José Luis Ábalos va a contar todo lo que sabe. Solo queda esperar.

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