Diario de León

La liebre

 Álvaro Caballero

La fiesta pagana

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R esignada tras 42 años de fracasos, la Junta ha optado este 23 de abril por una maniobra suicida para que se celebre el día de la comunidad: montar una fiesta de tapadillo en San Marcos, con tascas y música, como si fuera la copia de la feria de abril, pero con grupos folk de importación, y luego gritar «sorpresa, feliz día de Villalar». El plan tiene algo de genial y temerario, a la vista de que la última vez, en 1996, a punto estuvo de arder el parador, cuando la capital leonesa cerró el plan de rotación anual del acto central por las nueve provincias. No había entonces nada que celebrar, aunque hubo quien reclamó tiempo para ver los beneficios de la imposición del marco autonómico contrario al sentir leonés. Muchos de aquellos ya se jubilaron, tras un largo periplo de asiento en asiento político, a costa del erario público, aunque el resto y sus herederos siguen agarrados al momio y ahora, tres décadas más tarde, cuando el devenir de la unción al yugo castellano ha demostrado con datos económicos y de población el daño, el truco pasa por vender que se festeja otra cosa. Una fiesta de la familia o una marcha popular, por ejemplo, con la pantalla de los enfermos de ELA a los que se coloca de escudo, frente al anuncio de contraprogramación y la pitada de los leonesistas, después de que hace poco más de un año el gobierno autonómico les insultara con el bulo de las prestaciones de miles de euros que recibían, a pesar de que apenas les da para medio día de cuidados.

El acto prescindirá del izado de la bandera y la lectura del estatuto de autonomía para niños que habían programado. Hubiera estropeado la sorpresa del gobierno de Mañueco. Por si no lo habíamos comprendido lo explicó Carriedo, el portavoz de la Junta, con una de esas frases del envase de los azucarillos o el estado de whatsapp de los cursis: se trata de «aprovechar lo que nos une y no centrarse en lo que nos separa». Espera que piense: ¿La centralización de las instituciones? ¿La apuesta por potenciar el eje de desarrollo Palencia-Valladolid-Burgos en detrimento del resto? ¿La ocultación de la identidad leonesa dentro de un sentimiento autonómico inexistente? Por si fuera poco, va el socialista Cendón y se descuelga con la propuesta de una fiesta alternativa, el 18 de abril, para revestirse de leonesista, pero sin salirse de Castilla, como los «leonesistas útiles» que se inventó el PP leonés, ajenos a la realidad. Que no te engañen: esta fiesta la pagamos todos.

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