Diario de León

2020, el año que heredó el virus y trajo la vacuna

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La historia, como todas, puede ser contada de otra manera. En mi interpretación de este año, fuera del discurso oficial, 2020 fue víctima de un virus, un legado que recibió de 2019. Soportó sus consecuencias entre sufrimientos, muertes, insultos y desprecios. Sabedor de que todos lo vilipendiaban, se echó sobre las espaldas todo el sufrimiento y la catástrofe provocada por una herencia envenenada que no le desvió, sin embargo, de su objetivo, terminar su reinado con una vacuna para poner fin a una pandemia que no provocó y de cuya solución disfrutará otro que acaba de empezar, 2021. Así suele ser casi siempre. En Nochevieja volví a ver el vídeo familiar del año pasado. Necesitaba agarrarme a ese recuerdo. Estábamos en un salón alrededor de una mesa, sentados en el sofá, los más jóvenes conversan en el suelo, sobre grandes cojines, haciendo bromas, bebiendo y riendo. Se ven luces y se oye música de fondo. Risas atropelladas con las uvas, besos y abrazos tras las campanadas, y grandes deseos por recibir al 2020, un año al que vaticinábamos buenos proyectos y felicidad. No se nos pasaba por la cabeza en ese momento pensar en mascarillas, distanciamiento físico y geles desinfectantes. Sin embargo, esa noche de tránsito, el virus ya estaba ahí, extendiéndose sigilosamente sin que fuéramos conscientes. Esta Nochevieja volví a grabar un vídeo. Se cuentan con los dedos de una mano los que nos juntamos este año. El ambiente es completamente distinto aunque los deseos y vaticinios de un año mejor ya no son sólo buenas intenciones. Son una desesperada reivindicación, un peso que depositamos en este año que acaba de llegar. Si lo piensan bien, 2020 se ha convertido en el saco de todos los golpes por ser el año en el que el virus acabó con la vida de 50.000 personas en España hasta ahora, 1.500 en León, más de 80 millones de casos diagnosticados y dos millones de muertos en el mundo. Pero también hay que reconocerle la intención de remediarlo en sus últimos días. 2020 fue el año de la expansión del virus, pero también el de la llegada de la vacuna. El mal y el bien de un año proscrito para la eternidad que deja una puerta abierta, una salida para este otro año que comienza y sobre el que toda la humanidad ha puesto el peso de la salvación. Adiós 2020, ùente de plata. Bienvenido 2021. Espero que en esta ocasión no se haga realidad el refrán que dice eso de ‘otro vendrá que bueno te hará’. A ver cómo se porta este recién estrenado 2021. Esa es otra historia.

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