INDIGNACIÓN

No puedo por menos que estar indignado con lo acontecido al Presidente, mi Presidente, del Gobierno, Zapatero. El desplante que Berlusconi, jefe de Gobierno italiano, le propicio equivale a una dura bofetada a todos los españoles. Nunca a lo largo de los últimos años había ocurrido entre dos mandatarios aliados y socios. Aconteció en el transcurso de una rueda de prensa conjunta, italo-española. El señor Berlusconi, se levantó, y con la cara dura que le caracteriza, dejó a Zapatero plantado y sin apenas capacidad de reacción. No solo ha ofendido a los españoles si no que también a todos los ciudadanos de la UE ya que Zapatero la preside hasta el 30 de junio. La diplomacia de nuestro país no ha tenido tampoco suficientes reflejos para obrar en consecuencia. No se trata de propiciar una polémica con el estado italiano, que podría resultar como mínimo esteril, acerca de lo sucedido, pero sí hacer hacer notar que nuestro país tiene una relevancia sustancial en el ámbito internacional y que nadie tiene ningún derecho a menospreciar a nuestro país que está representado en la figura de nuestro Presidente.