manuel neira

Em um qualquer destes meses que passaram, morreu de santa morte… Memorial do Convento Compartí con José Saramago 5 cenas durante el seminario de cultura hispano-lusa, celebrado en La Rábida durante el ya lejano verano del 92. Durante el día me empapaba de arquitectura portuguesa de la mano de Nuno Portas, visitamos la Expo de Sevilla acompañados de mi admirado Gonçalo Byrne pero yo esperaba expectante las tertulias nocturnas, donde nos reuníamos todos los grupos en los que se nos había encuadrado. Lo recordaré siempre. Mientras su mujer Pilar introducía los temas, el escuchaba callado, pero sus breves comentarios eran siempre acertadísimos. Desde entonces no he dejado de leer cada uno de sus libros, incluso adquirí Memorial do Convento en portugués durante mi última visita a la librería Lello de Oporto, ¿hay mejor sitio en el mundo donde comprar literatura? Y en la frase que he reproducido como encabezamiento, me sorprendió la noticia de su muerte, aunque conociéndolo dudo mucho que quisiese que fuera santa. Cómo olvidar la lectura de Ensayo sobre la ceguera, con sus frases largas, tan propias. ¿Cómo no imaginarse arquitectónicamente ese zaguán lleno de ciegos y las alas izquierda y derecha? ¿Sería un edificio de Alvaro Siza o de Souto de Moura? Gracias José por despertar en mí el amor por tu literatura y por tu país, que intento visitar todos los años. Gracias por tus sentencias que he hecho mías, como esa de que un optimista es un pesimista mal informado o el inmenso vacío que debe haber a la izquierda del padre. Era uma vez… Manuel Neira es arquitecto y vocal de la Subdelegación Bierzo del Colegio Oficial de Arquitectos de León.