Diario de León
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patricia poza carro
León

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Soy estudiante de Educación Social en Palencia, y en una de nuestras clases, hemos visto un vídeo sobre la vida de tres personas, que por culpa del destino fueron precarias, y por culpa de la sociedad se acabaron hundiendo. Pero gracias a su propia voluntad y fuerza interior, consiguieron salir adelante. Pero la pregunta es la siguiente: ¿ Y si esas personas llegan a ser más vulnerables? El primer caso es el de Javi, un jóven español que desde pequeño vivió la violencia de género en casa. Su padre era alcohólico, y no tenían trabajo. Tuvo que dejar la escuela a temprana edad e incluso se vió obligado a salir a la calle a pedir comida. ¿ El resultado? Darse cuenta de que la gente no le ayudaba. Nadie se dignó a darle un kilogramo de arroz, un litro de leche, un bocadillo. De miles de personas que cruzan su calle a diario, nadie. Sólo la Iglesia le dio algo de comida, y por sí sólo tuvo que salir adelante, arreglando ordenadores para ayudar a su madre e intentar acabar los estudios básicos. El segundo caso es de un jóven nigeriano, estudiante de Ciencias Políticas en Nigeria, pero que tuvo que abandonar por una huelga universitaria. Vino a España y las únicas expectativas que le dieron fue la de cargar naranjas y trabajar duro por cuatro pesetas, por ser extranjero y además negro. Su sueño era ser actor, y lo consiguió, a pesar de ser desanimado por todo el mundo. Y el tercer y último caso el de un hombre portugués, que acabó enganchado al alcohol tras su divorcio. ¿ Qué consiguió? El abandono de sus amigos. Pero como vuelvo a repetir, gracias a su fuerza y su afán por la escritura, consiguió salir adelante. Y ahora viene la pregunta del millón: ¿ Qué entendemos por valores?¿Dónde está la amabilidad, la solidaridad, la empatía?¿Cómo una máquina tan perfecta como es el ser humano puede tener una psicología tan pésima y pobre? Tenemos que actuar desde ya.Este tipo de vídeos hacen reflexionar mucho a la gente. Cómo con un simple kilogramo de arroz, un simple abrazo de apoyo y un poco de amabilidad se puede cambiar la vida de una persona. Pero parece que no nos damos cuenta.¿Cuáles son nuestras metas en la vida? ¿Ganar dinero y conocer las relaciones personales de los famosos de la televisión? ¿Girar la cara ante la mirada de un niño que pide un vaso de agua? ¿ O quizás criticar a las personas que necesitan sustancias para salir adelante porque personas como muchas en todo el mundo no tienen ese granito de sensibilidad con el que creía que nacíamos? Creo que queda mucho por cambiar estas mentalidades, pero al menos , yo como futura educadora social, lo voy a intentar.

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