No todos los políticos somos iguales

Con independencia del partido político a que pertenezcan, hay políticos buenos y malos, mejores y peores: por eso es injusto afirmar que todos los políticos son iguales. Se lo digo señor director porque leyendo el artículo aparecido ayer día 8 en la página 10 de Diario de León, podría parecer, a la vista de lo expresado por el portavoz de la señora Carrasco, que el cobro de indemnizaciones por asistencia a las sesiones del Consejo Rector del Instituto Leonés de Cultura por diputados provinciales con dedicación exclusiva se estableció, bajo mi presidencia, en el momento de su creación, y que todos los presidentes y diputados que hemos pasado por la Diputación hemos cobrado un sobresueldo con cargo de dicho Instituto. Nada más falso. Cuando con objeto de dinamizar las actividades culturales desarrolladas por la Diputación en el ámbito provincial, y en cumplimiento de nuestro programa electoral se creó el ILC se quiso que el Consejo Rector estuviera compuesto exclusivamente por personas de relevancia en el ámbito de la Cultura, pero tropezamos con la imposibilidad legal de hacerlo así. Se buscó entonces como solución crear un Consejo Asesor compuesto exclusivamente por dichos notables de la Cultura, que llevase de hecho el protagonismo del Instituto y que se reuniese cuantas veces se considerase pertinente por su presidenta, doña Concha Casado. Por el contrario, se limitó al mínimo posible las reuniones del sólo necesario por imperativo legal Consejo Rector. Me temo que el tiempo ha trastocado de modo total nuestros planes iniciales. Resumiendo: 1º) Durante el tiempo de mi presidencia, ni yo, ni ninguno de los diputados provinciales con dedicación exclusiva, percibió indemnización alguna por asistencia a las sesiones del Consejo Rector del Instituto Leonés de Cultura. 2º) Conforme a su espíritu fundacional, debería revitalizarse al máximo el funcionamiento del Consejo Asesor y reducirse al mínimo las sesiones del Consejo Rector. 3º) Además de ser posiblemente ilegal (véase el artículo 75.3 de la Ley 7/1985), no puede calificarse de otra forma más que de miserable que diputados provinciales con dedicación exclusiva o dedicación parcial, con su presidenta a la cabeza, utilicen el Consejo Rector del ILC para añadirse un sobresueldo a sus ya sumamente sustanciales sueldos.