Diario de León
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León

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Martes, 5 de Junio de 2012. Es mediodía. Calor sofocante en Madrid. Llego de trabajar y me siento delante de la televisión con los ojos como platos, ávida de noticias. Hablan de la prima de riesgo, de la concentración de la selección española, de lo que se debate en Bruselas, de Bankia...incluso de Gran Hermano. Luego el hombre del tiempo. Y ya. -¿Y ya? pregunto a mi familia. ¿No dijeron nada? -Nada. Nada. Eso es lo que se sabe en Madrid, capital de España, del conflicto minero que está desgarrando las cuencas del país. Soy fisioterapeuta y, por suerte, trabajo de ello. Mi padre y mi madre trabajan en sus respectivas oficinas. Mi hermana estudia en la universidad. Farmacia. Nada que ver con la mina. Vivimos en Madrid. A 350 km de un pueblo leonés llamado La Robla. No soy roblana, yo no nací allí. Ni mi padre, que es gallego. Mi madre sí. Pero es "mi pueblo". Y me asombra como aquí, en el centro de todo, no haya un mísero minuto de tiempo en ningún telediario que hable de que hay 8 mineros encerrados en un pozo en Santa Cruz del Sil, tampoco de los que hay encerrados en pozos asturianos ni en la Diputación, nada se sabe de que la minería del carbón lleva en huelga indefinida días, tampoco cuentan los cortes brutales de carrteras que están protagonizándose en el Norte, ni que el transporte en Asturias apoya esta huelga, ni siquiera retransmiten el bloqueo de los accesos a centrales térmicas en Andorra y Palencia. El carbón producido en España, no es rentable. Esa es la conclusión. No es rentable para el gobierno, ni para las televisiones, ni para los empresarios. Importarlo sí. No sabemos cómo es la mano de obra que lo explota (aunque no es muy difícil de imaginar) pero que es rentable porque es mucho más barato sí que lo sabemos. El recorte del 63% del presupuesto destinado a la minería del carbón que plantea el gobierno supone que ésta no llegue ni a terminar 2012. 5000 empleos directos puede parecer poco, pero bien sé que cuando un pueblo depende ,en su mayor parte, de un sector, no son 5000 bocas las que van a dejar de comer, ni 5000 viviendas que no van a poderse pagar, ni 5000 personas que no ven otro futuro a medio plazo, ni 5000 jóvenes que no podrán ir a la universidad (por más pública que sea) porque sus padres no podrán costearles esa educación, ni 5000 familias que tendrán que emigrar de sus casas, de sus pueblos, lejos de sus familias, porque allí ya no hay más que hacer. Porque no se ha invertido en una reindustrialización progresiva de las cuencas, porque ya no hay más salida a corto plazo que el carbón. Y son más que 5000 personas las que sufrirán: los comercios de un lugar que depende de la profesión de un gran porcentaje de la población que vive en la comarca, viven de lo que consume la gente minera, y los profesores que imparten clase en los colegios de comarcas mineras, trabajan allí porque la mayoría de los padres de esos niños son mineros que apostaron por quedarse allí e incentivar el crecimiento y los valores de sus pueblos en vez de emigrar a las ciudades, y los alcaldes de los pueblos mineros lo son porque hay gente que les ha elegido para que lo sean (en su mayor parte mineros, mujeres de mineros, hijos de mineros, nietos de mineros...). Y vuelvo a sumar. Y soy de ciencias. Y me salen muchas más de 5000 personas las que se verán afectadas por los recortes. Pero eso aquí no se oye. Ni se suma. Ni se quiere mostrar la realidad que supone. La mina es una mierda. Eso es realmente lo que pienso yo. Una mierda y una putada.Y un trabajo que no debería realizar una persona porque me parece, en muchos casos, inhumano. Y ojalá se cerrasen todas las minas de España, porque no es trabajo para un ser humano pasar 8 horas a 300 metros bajo tierra picando carbón. Ojalá cerrasen, pero no así, destruyendo pueblos enteros de la noche a la mañana y censurando la realidad, amparándose en la libertad de expresión y en que "si no sale, no será tan importante". Creo que en toda la historia siempre han sido los grandes olvidados, aún cuando no había energías renovables y ellos eran los que sacaban carbón para que hubiese electricidad. Ellos son los que tras el paso de los años tienen silicosis. Es mi tio el que me abre la puerta de su casa a duras penas con unas manos castigadas por la artritis que le provocaron años y años de trabajo con una humedad extrema que nadie que no trabaja ahí abajo sería capaz de imaginar. Es el padre de mi amigo, el que una mañana se fue a hacer su trabajo como vigilante en la mina y nunca volvió. Y son las mujeres de los mineros, y las madres, y las familias, las que viven angustiadas hasta que llega la llamada al final del turno que anuncia que sus mineros han salido; que están bien. Por todo ello creo que se merecen, como cualquier otro trabajador, una salida digna y progresiva de su trabajo. Informada y seguida por los medios de comunicación. No censurada. Pero sobretodo una salida justa. Justa para ellos, para su futuro y el de sus familias. Para sus pueblos, sus comarcas y las ciudades vecinas. Están en huelga indefinida porque quieren trabajar. Quieren pero no les dejan. Ni negocian. Ni empatizan. Mañana se vuelve a reunir la denominada "mesa del carbón", con el Ministro de Industria a la cabeza y con muchas más de 5000 esperanzas velando porque haya solución, pacto, negociación y un poco de luz en el túnel que hasta hace dos semanas era el medio para vivir de miles de familias. Ojalá que no tengan que encerrarse más mineros. Ojalá que no haga falta recrudecer las protestas. Ojalá que este conflicto no se les escape de las manos. Desde Madrid #yoconelcarbón.

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