"Nuestra verdadera crisis"
Nuestra verdadera crisis. Sólo hace falta prestar un poco de atención a la historia y refugiarse con toda sinceridad en la imparcialidad, para darse cuenta que España lleva sufriendo una crisis política de severa importancia durante estos últimos años. Y lo cierto es que, ésta crisis ha sido más larga y mucho más dolorosa para el pueblo español que la actual crisis financiera, pero sigue sin recibir la atención que merece. En este país, los políticos son la excusa perfecta para todos aquellos que no lo son, y eso nos ha llevado a la trampa de politizar todo da una forma que roza lo absurdo. La política española, en vez de ser capaz de ordenar distintos puntos de vista en una solución constructiva y común, ha sido la encargada de desenfocar todos los temas que son verdaderamente importantes para el pueblo español. Ha sido un lastre que no solo ha sido culpable del fracaso de no obtener un desarrollo general de la sociedad española, sino que ha perjudicado duramente a la misma hasta diseccionarla en pequeños pedacitos que se destruyen entre si. Ha ocasionado tal división que, con los malos tiempos que corren, nos concentramos más en señalar los culpables de las causas de nuestros problemas, en vez de buscar los autores de las propias soluciones. Si lo que forma a una sociedad son sus tradiciones, España corre el peligro de perder hasta su identidad por el simple hecho de que es políticamente incorrecto decir que hemos obrado mal. Se sabe que dentro del caos es difícil encontrar la solución, y no critico a un partido político en especifico, sino a todos, ya que la mala coordinación nos has hecho perder un tiempo valiosísimo que ahora nos precipita a tomar decisiones que a corto plazo pueden ser la cura, pero a largo plazo llegan a parecer la enfermedad. Ya decía Churchill que “la política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra sólo se muere una vez”. Y ésta es la triste y actual realidad de España; un pueblo enfermo, al cuál se la acaba la anestesia, es gobernado por políticos acomodados e incapaces que discuten mientras todo se cae en pedazos. Ésta es nuestra verdadera crisis, entre otras. Enrique Mendoza Mayo