Diario de León
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SUPRESIÓN DE LOS CONCEJOS. Derecho Consuetudinario Leonés, de Elías López Morán: si los políticos leoneses lo hubieran leído nada de esto hubiera sucedido. Pero eso de que lean es mucho pedir. Ahora son ellos quienes suprimen los concejos, y nos echamos las manos a la cabeza. Y si la población rural los hubiera protegido, otro gallo cantaría. Ahora nos echamos las manos a la cabeza, sí, pero, ¿dónde se celebraron concejos durante las últimas décadas? Quien escribe, de la comarca de Rueda, recuerda asistir a los últimos en época de Franco. Cuando los pueblos sucumben al fenómeno de la despoblación y al hedor de los políticos es normal que sucedan estas cosas. Las voluntades son débiles y además todos tenemos un precio. Tal vez sean las Diputaciones quienes sobren. O los Ayuntamientos. O las Comunidades Autónomas. O eso que llamamos Democracia (cada vez me recuerda más a esa otra época de la Historia que denominamos “caciquismo”, con la salvedad de que los de ahora, además, son infinitamente ignorantes…, y perversos). Pero no. No son las instituciones quienes sobran: son los gestores de turno, aquellos que compran las humanas voluntades. Así que en los pueblos nos quedamos sin concejos. Como nos quedamos sin minería porque los propios mineros, o quienes compraron sus voluntades, insultan al resto de trabajadores con sus enormes privilegios –luego viene el escritor de turno (el que reniega de su tierra y sus políticos), y llena el auditorio soltando la oportuna perorata cuando fallecen seis en un accidente–; ¿cuántos albañiles fallecen a la semana en España sin subvenciones públicas en nómina? No: las injusticias franquistas no se resuelven con la irreverente injusticia del presente. El caso es que nos quedamos sin concejos, no por culpa de los concejos, sino por haber sido incapaces de defender una forma jurídica modelo y legendaria que todavía hoy debería ser práctica y enormemente efectiva en esta tierra. Derecho Consuetudinario Leonés. La propia Diputación de León lo reeditó en 1984. Si los actuales gestores de la institución lo hubieran leído y fuesen honestos nada de esto hubiera sucedido. Pero eso de que lean es mucho pedir. Lo de la honestidad ni se plantea.

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