Diario de León
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León

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EL JUEGO DE LA POLÍTICA Hay quienes se empeñan en seguir toda su vida jugando a la política. Olvidan que jugar a una política que ellos mismos diseñan, es una falta de respeto a la ciudadanía y un engaño a la responsabilidad. Para que la política vuelva a ser creíble, para que exista de verdad una regeneración política, será preciso que pasen muchos años y exista, de verdad, un compromiso ético y responsable con la ciudadanía. Es preciso vaciarla de oportunistas, muñidores, cómplices y corruptos. Vaciarla de primos y heredades. Es preciso que tanto la izquierda como la derecha asuman que sin listas abiertas no existirá credibilidad alguna. Que asuman que ambos son extremos y caras de una misma moneda. Sabemos, de sobra, que su enfrentamiento da de comer a muchos y no resulta nada mas que un puro negocio como hemos venido comprobando ya a lo largo de demasiados años. Se empeñan en generar distanciamientos entre la ciudadanía jugando a la política como si jugaran a la ruleta; se empeñan en diseñar fronteras innecesarias; se empeñan en pagar voceros para que nos hagan creer lo buenos que son; se empeñan en ser necesarios para continuar disfrutando sin impunidad de sus prebendas. Cualquier democracia controlada o secuestrada por extremismos o por partidos que se reparten por los siglos el poder deja de ser creíble. Los políticos o quienes ya han jugado a la política y amenazan con volver como redentores no me sugieren ninguna credibilidad sean de izquierdas o de derechas. Antes de nada es preciso enriquecer la educación la moral, la ética, la honradez y hasta el sentido común. Es preciso que nos permitan tener la oportunidad de votar a quienes se nos antoje y disfruten de una credibilidad contrastada. Es preciso que existan de una vez por todas listas abiertas formadas por gentes que hayan demostrado ya su seriedad, su preparación y su capacidad de lucha por los objetivos del pueblo. No sirven los salvapattrias si no están avaladas por su calidad moral, porque la distancia entre una democracia maltrecha y una dictadura partidista es demasiado escasa y siempre acaban haciendo borrones en la historia. Es cierto que cada días me dan mas miedo los políticos que van surgiendo de la formación diseñada bajo las leyes educativas surgidas a partir de los años setenta. Su preparación, su torpe verbo y seguramente su dicción escasamente dotada por la formación recibida al capricho de los distintos poderes surgidos. Y es que en definitiva somos hijos de la Ley educativa que nos formó; somos lo que leemos, lo que estudiamos, lo que sabemos, lo que aprendimos,… Seguiré esperando aquellos políticos formados, honrados y con capacidad de empatía para solucionar problemas a los ciudadanos en lugar de generarlos. Necesitamos una sociedad mas justa y una democracia mucho mas creíble. Quiero seguir pagando impuestos pero no para que me sigan robando. Sr. Garzón piénselo que no me acaban de convencer los salvapatrias. Benjamín Charro Morán, // Noviembre, 2013

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