¿Quién decide por el que decide?

Con una peligrosa conformidad estamos volviendo a acuñar términos en nuestro vocabulario que carecen de sentido en sí mismo. He llegado a escuchar de boca de un político las palabras: “el privilegio de abortar”, ¿privilegio?. La definición de privilegio según la RAE es la siguiente: privilegio, del latín privilegĭum, es una ventaja especial o una exención de una obligación que disfruta alguien por la concesión de un superior. Seguro que hablo en nombre de la mayoría de las mujeres de este país cuando digo GRACIAS, gracias a seres superiores como ministros, jueces… por concederlas el “privilegio” durante estos pasados años de decidir sobre sus cuerpos y sus vidas. Gracias por concederlas también el excepcional privilegio de no querer arruinar la vida de unos hijos, que de antemano y con seguridad saben que no van a poder mantener, y por extensión arruinar sus propias vidas, (vidas que gracias a personas superiores como ustedes, conseguimos mantener a duras penas). ¿Pero en qué momento de todo este circo se les concedió la potestad para decidir sobre el cuerpo, los sentimientos y la vida de nadie?. Los proabortistas, los antiabortistas… pero de que estamos hablando … Estamos haciendo de esto un debate y una lucha externa, cuando el único debate y la única lucha deberían ser la que tiene cada mujer que se queda embarazada consigo misma, lucha que seguramente sea la más dura que tengan es sus vidas. Con un aborto se está renunciando al momento más bonito y la mayor alegría que una persona puede vivir, por pura necesidad, y nos quieren hacer creer que todas estas mujeres están recurriendo al aborto por ¿Capricho? Seamos serios. Dicen muchos sectores políticos que: “la que se abra de piernas que apechugue, porque nadie tiene derecho a interrumpir una vida sean cuales sean las circunstancias…” Suben el I.V.A. hasta un punto en el que los bienes de primera necesidad se convertirán en lujos, echan a personas de puestos de trabajo en los que llevan media vida con la indemnización de apenas unos meses, obligan, en muchas ocasiones por la fuerza, a familias y ancianos a irse de sus casas por no poder pagarlas, y en algunos casos fuerzan a seres humanos al suicidio cuando se han visto tan asfixiados por las circunstancias que no ven otra salida. ¿Y me quereis convencer de que la mujer que aborta es poco menos que una asesina sin sentimientos? Permitirme deciros que habéis interrumpido las vidas de millones de españoles mucho después de haber nacido, sin ningún tipo de remordimiento. No permitamos que conviertan el aborto en un debate para despistar de todo lo que realmente ocurre, porque en el fondo es lo que quieren, despistarnos tocando donde duele para que no nos fijemos en lo que detrás está pasando, y sobre todo no dejemos que lleguen al punto de decidir sobre algo tan personal como es el rumbo de nuestras vidas. Y por encima de todo exijamos que se preocupen más por las personas y menos a partir de que mes se es o no, un ser humano.