La reina madre y el sacristán de mi pueblo

A veces el género humano es lo más parecido a la especie animal. Pongamos el símil de una colonia de abejas o de un hormiguero. Hay una reina madre, en torno a la cual se reúnen una serie de individuos que vacían su “yo.”, para hacerse cargo de un “ella” . Existen círculos laborales donde esto se produce. Una reina madre tiene colonizado el territorio. Rodeada de soldaditos de a pie, sargentitos, tenientitos, espías varios infiltrados, aspirantes a batir el record mundial de los cien metros lisos ….. y toda una larga serie de “desposeídos de su yo” que ejecutan las más abyectas funciones laborales y para-laborales con el único fin de conseguir la felicidad de SU reina madre. El ninguneo y el desprecio de la Reina Madre amenaza, está a la orden del día, dependiendo del día, del humor, del tiempo, de si…. hace sol o llueve, pero todo ello forma parte del rol. Cada final de mes se produce el milagro: LA NÓMINA. LLÁMAME PERRO, SI QUIERES, PERO DAME PAN, …. decía el sacristán de mi pueblo. Luego nos hacemos cruces cuando vemos tanta incompetencia dentro de las personas que tienen que tomar decisiones en momentos críticos. La relación causa-efecto existe.