Diario de León

Carta dirigida al señor Pedro Trapiello

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Para muestra un botón: Señor Pedro Trapiello. Le doy la enhorabuena por sus artículos de opinión con respecto a ese dialecto llamado llionés o bable o como sea. En tiempos del Caudillo, se tenían las cosas bien claras y no como ahora que a todo lo llaman lengua. Eran dialectos, sin más. Dialectos de la ruralidad de ésta nuestra querida piel de toro. En pueblos del Páramo Leonés se promovía que mediante premios los estudiantes desecharan esas palabras campesinas y paletas, para acercarse a la lengua de Cervantes y así esta caterva de palurdos inmundos que ahora quieren rescatar ese habla inconexa pudiese hablar bien la lengua imperial que dio un idioma civilizado a los indígenas americanos. Civilizaciones de taparrabos que aprendieron lo que es un idioma con el descubrimiento del Nuevo Continente. Me río yo de ellos. Y es que España, nuestra querida ESPAÑA no es lo que era. Esta gente habla de cultura. No saben todo lo que hizo la Sección Femenina de la Falange por la cultura ESPAÑOLA, aquello sí que era promover lo folklórico no como estos aprendices palurdos, usted sí que sabe del tema que ningún filólogo reputado ni organismos internacionales le tosen. ¡Qué sabrán esos juntaletras de la Unesco!. ¡Qué sabrán filólogos como el 'prestigioso' Krüger de algo que no es ni de su país y los españoles podemos conocer mejor! -como usted y como yo-. ¡Qué sabrá tanto erudito de biblioteca que muy probablemente no lleguen ni a la talla de nuestro querido intelectual Juan Antonio Vallejo Nájera!. ¿Dónde van a parar semejantes intelectualoides con la talla de Don Vallejo-Nájera?. Algunos seguro que encajan dentro de los estudios de tal insigne psiquiatra. Es el sursum corda, don Pedro. Es un prócer intelectual de lo académico donde los haya que muestra su sapiencia junto con sus buenos modales y saber estar en cada párrafo que escribe. Le admiro. Ojalá España tenga a hombres de su talla, que nos recuerden aquella querida España donde uno aún podía sentir que España era España, de nobles valores que el alzamiento cívico-militar dejó bien claros. Don Pedro, usted sería un dignísimo periodista del NODO que encajaría a la perfección con aquellos valores tan poco apreciados hoy en día. Al leer sus artículos se me caían las lágrimas de poder sentir aquellos tiempos. Aquella España que parió a gentiles caballeros como nuestro querido Francisco Franco Bahamonte, que está muy denostado por todos aquellos que quieren borrar nuestra historia, porque de historia se trata. Le doy un abrazo desde estos renglones. Y me despido mirando al horizonte pensando en un futuro glorioso para España

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