El descaro del político con el jubilado

Hay situaciones propiciadas por el descaro y la ineptitud de la clase política, que deambulan por la piel de toro, que cuando toca vivirlas hay que tener mucha templanza para contener los impulsos que genera la adrenalina de la injusticia y no ir más allá. Vista las actitudes de unos y otros, se podría calificar de calaña política. Su principal preocupación, es buscar donde y con quien se posiciona cada uno, para poder mandar más y acaparar el mayor número de Ministerios. Actúan con tanta mezquindad que discuten hasta la ubicación de un sillón en el Congreso de los Diputados, donde reposar sus posaderas. Con su locuaz verborrea llena de cinismo, pretenden hacer creer que tienen dominada la situación. Ninguno se plantea que el circo de la corrupción de los partidos políticos y sus adláteres, es el postre habitual en las mesas de los españoles. Mientras la policía, guardia civil y justicia, están desbordadas por los casos de corrupción, sin que nadie de explicaciones. Donde el robo de dinero se cuenta ya por miles de millones de euros, gran cantidad de ciudadanos ven restringidas sus posibilidades de vida. Hoy gran número de españoles jubilados, que durante su vida laboral contribuyeron con sus aportaciones a mantener llena, la hucha de las pensiones. Han recibido la misiva carta de reconocimiento de subida de sus pensiones para el año 2016, donde se les comunica que el incremento es del 0,25%. Señores políticos, que han acordado esta treta para los jubilados, después de lo que estamos viviendo, solo me queda aceptar, que son unos impresentables y unos cerdos, si tuviesen un poco de vergüenza, irían en persona a buscar los dineros robados por sus partidos o cargos, y los empleen, en regularizar la deuda que tienen contraída con los jubilados. No piensen los políticos de turno, que son los listos y todos los demás los tontos, a los jubilados les hacen esta cerdada, de simulacro de revalorización; porque no tienen cojones para decirles, que no les suben las pensiones. Si no saben gobernar, vayan sé a sus casas, que nadie les llamo para que viniesen.