Otro sentido de democracia-dando las gracias por el dolor

Salí de Villamartin del Sil (León) siendo un niño de 9 años porque mis padres tuvieren que emigrar para dar un futuro a sus hijos. Tras 22 años en Alemania respirando libertad, tolerancia, humanismo mi mujer y yo decidimos volver a España para empezar una nueva etapa en nuestras vidas en Catalunya. En Cataluña porque además de las oportunidades profesionales, sus paisajes y sus gentes nos ofrecían el ambiente de libertad y tolerancia que anhelamos. En los siguientes 30 años hemos levantado la familia, criando nuestros niños, encontrado amigos para toda la vida, integrándonos en una sociedad abierta, alegre, vital. Ese mismo ambiente es el que respiraban nuestros hijos. Treinta años después me encuentro sumergido en un procés que trata de convencerme que su “democracia” está por encima de los valores y la voluntad de personas como yo. Un procés que se basa en un poder legislativo que legisla desde 5 años solo para la mitad de la sociedad Catalana. Donde un poder ejecutivo financiando y utilizando unas plataformas civiles tratan de imponer sus visiones asumiendo la exclusión de aquellos, como yo, que no las compartimos. Para ello, sin escrúpulos ninguno, utilizan de una manera muy inteligente el aparato de propaganda, que consigue dividir a la gente entre represor y victimas. Soy yo un represor? Es mi amigo independista la victima? Donde está la causa, donde el efecto y para qué? Por todo esto que refleja mi estado de ánimo y desanimo, por volver a sentirme extranjero y ahora represor quiero dar las gracias a: • La querida patria y los nacionalismos • Las Sras. Carmen Forcadel y Ana Mato Julián • Los Sres. Carles Puigdemont y Mariano Rajoy • Las marionetas ANC y Ómnium • Al fanatismo y a la ignorancia Pero mi más profundo agradecimiento va dirigido a los Sres. Pedro Sánchez, Albert Rivera y especialmente al Sr. Pablo Iglesias porque tras haber votado en blanco en muchísimas ocasiones le di mi voto y mi confianza con la esperanza de cambio. No quiero, ni volver a ser extranjero en mi propio país, ni ver a mis hijos llorar de impotencia, rabia y miedo; ni verme enfrentado sin sentido a mis queridos Amigos que tanto me han dado en los años de convivencia pacífica. Nada me preocupa más que tener que volver a coger las maletas como hicieron mis padres, pero esta vez no para escapar de la pobreza y del franquismo (como niño en Villamartin del Sil no lo sentía), sino por salvaguardar mis conceptos y valores de ética, libertad, respeto, tolerancia, a fin de cuentas mi sentido de democracia. Una Democracia que se basa en una Constitución, que es marco legal de convivencia entre las gentes. Una constitución “aceptada” por la gente hace 40 años para todas las gentes de un estado. Una constitución que hizo posible el progreso superando incluso el terrorismo. Después de 40 años, cuantas banderas y símbolos tienen que invadir nuestros paisajes? Cuanta violencia y dolor estamos dispuestos a aguantar? Pasado los 40 años, parece fácil lo que ha sido crear la constitución, lo difícil que parece ahora cambiarla. A qué, a quien tenemos miedo? Votos, dinero? NO hemos progresado? Cambiémosla ya, la constitución es de todas las gentes, no propiedad de los partidos!! Atentamente Primitivo P.S.:a mis paisanos del Bierzo, gracias tambien por salir a la calle, pero que no caigan en la trampa de las banderas.