El futuro nos adelanta
Hace un par de meses mi vecino compró a su hija de 6 años un aparato de esos que te llevan a dos ruedas. Mientras la muchacha se paseaba orgullosa por la calle y la mía miraba como el que ve al Mesías volver a la tierra, yo comenté en voz alta que no lo veía apropiado, el papá descolocado busco explicaciones yo alegue que no creía que ningún psicólogo infantil lo fuese a recomendar, el se excusó en que si hiciéramos caso a todo lo que nos dicen los niños no serían felices. Dejé el conato de discusión en tablas, esa no es mi guerra. Al entrar en casa me topé con que un frisbi plateado me estaba haciendo los suelos mientras mi mujer programaba una caja de plástico blanca que prometía tenerme unas lentejas hechas para las 14:00. En ese momento caí en la cuenta, la tecnología lleva ya años de ventaja a mi cabeza. Semanas más tarde mi hija tiene codos/rodillas peladas de caídas, al frisbi se le atragantaron las cortinas y los martes me toca comer siempre lentejas quemadas. El futuro me habrá adelantado, pero aún no me ha ganado...