Mi reino por un escaño

El otro día me encontré en un bar próximo a las cortes a D. Juan Morano Masa. ¡Qué cambio!. La edad no pasa en balde y como dijo el poeta los rizos dorados se tornarán en sienes plateadas pero lo peor es el cambio político. No vi al fiero León que rugía a los pies de Guzmán y que le indicaba a Demetrio Madrid el camino de la estación al dicho de "si no te gusta León ...". Al contrario, vi a un gatito dócil que le hacía mil zalamerías al cuidador que le traía los friskies en una escudilla de plástico. Don Juan, el que otrora rugía, ahora le rinde pleitesía al Caudillo de Castilla Herrera o quién toque. Se ve que el calor del establo, la placentera sensación de saciedad, la comodidad del escaño valen más que este Reino dejado de la mano de Dios. Sentí pena. No me gusta ver estos deterioros personales. Y sentí también pena, muy profunda, por mi pobre tierra leonesa. Pues eso: mi reino por un escaño.