Editorial | Setenta años del Páramo como tierra prometida

El 31 de julio de 1951 aumentó el caudal regulado de los ríos Luna y Órbigo, pero las aguas contenidas tras el muro de Barrios de Luna obraron el milagro de cambiar el futuro de 47.000 hectáreas de regadío que, con el paso del tiempo, hicieron del Páramo la tierra prometida. Hoy el modélico sistema de riego convierte a esa comarca en la más tecnificada del mundo. Es cierto que el beneficio de unos fue a costa del sacrificio de otros y que aquellas lágrimas por el sufrimiento fueron un ejercicio de generosidad quizá nunca suficientemente recompensado, pero sin el cual esta tierra no sería la misma. Y ni siquiera permanecería en ella quien lo contase.