¿Abstinentes?

Me afean por andar con broma y poner en los cielos negros de nuestra política (que otra vez  vos  llama a urnas) la voz del Supremo que rasga las nubes y ordena:  Abstente, Abraham... que pisas mierda . Ya te vale el jugar con la abstención, precisamente tú, me dicen; no olvides que ninguna democracia se averió por votar muchas veces, bien al contrario, la pudren los que no cumplen lo votado, los que callan o los que se apostan detrás de la sebe, ¿te suena?, y cordialmente me conminan: hay que votar o acabarás lamentándolo, si no pagándolo; y muy caro, especialmente esta vez.

Pero tras tantísimo tiempo haciéndome urna vacía les digo «moro viejo no aprende lenguas» y que en el gran teatro político debo mejor solo mirar y anotar, que arrepentirme después y culparme de mayores males que, además, son causa o culpa de otros.

Peláez, que acudió en mi auxilio, pasó a cantarles lo último del Cis (esa «inteligencia» sociológica que gastamos aquí): justo después del paro -que es lo primero-,  lo que más preocupa a los españoles son sus políticos , o sea, desconfían y les temen más que al pedrisco y al mismísimo Cambio Climático (mayúsculo asunto que debería ir delante en la cola de miedos), ese cambio empeñado además en adelantarse a sus vísperas y que dispara alarmas cada día azotando con fuegos, hambrunas y anegamientos. Normal que por doquier se hagan manifestaciones para salvar al planeta, aunque muy enérgicas no son, ni masivas, y parecen quedarse en linda actividad extraescolar. Sin embargo, si la manifestación fuera contra el político corrupto, chaquetero, mendaz, chulo o culebro, ahí veríamos a media España (diría el Cis).

Por eso, al saberse que había que repetir elecciones, esa media España exclamó «¡pues va a ir a votar Rita la Cantaora!». ¿Abstinentitos somos? No tanto. Quiá. Llegado el día serán menos de los que cree el profeta, pues esta vez, amén de los viejos miedos, vota la revancha, el quetedén y el ahítepudras, loables y nobles sentimientos que nos adornan siendo la gasolina de esta raza.