Diario de León

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El Reino de León vuelve a vivir hoy una de esas tardes donde se pueden vivir grandes momentos de ilusión y alegría, así como también todo lo contrario, con síntomas de decepción y frustración. Otra vez más, la afición culturalista volverá a presenciar un duelo del todo o nada, y es que de esto ya está curtida en las últimas temporadas, donde se han ganado la titulación de un máster. Llegar al límite sin posibilidad de fallo tiene estas cosas, y es que el conjunto culturalista que dirige Idiakez ha dejado evaporar esa mínima ventaja de la que disponía, con las dos últimas derrotas. La irregularidad está siendo la principal cualidad de un equipo, que da una de cal y otra de arena y la confianza no tiene visos de aparecer, y eso que de paciencia...

Atrás queda y más vale olvidar lo vivido en tierras zamoranas, donde el equipo y desde el banquillo no se estuvo a la altura de lo que representa este club, sin actitud y fuera del partido desde el inicio, haciendo cada uno la guerra por su cuenta. Justificación no existe, por eso el cambio de la plantilla tiene que ser viral de cara al encuentro ante el Unionistas. No existe margen de error y la victoria es el único resultado válido para seguir en la pomada, ante las dos ultimas jornadas que restan de esta fase. Los momentos importantes son para equipos que saben cómo resolverlos y demuestran salir airosos de situaciones espinosas. El nombre de la Cultural tiene su peso y su exigencia, no es solo fachada, sino que vestir esta camiseta requiere unas obligaciones que hay que cumplir con orgullo y trabajo bien hecho. La oportunidad está ahí y hoy es la hora de demostrarlo.

La afición necesita ver ese cambio del equipo dentro del terreno de juego para volver a creer, porque ella no ha dejado de estar presente arropando y animando, a pesar de las circunstancias que se han ido viviendo. Por lo tanto no hay excusas que valgan, el movimiento se demuestra andando, y hoy es el momento. Así, que a coger el toro por lo cuernos y a realizar la faena, para salir por la puerta grande.

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