Diario de León
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Panorama | antonio papell

La jugada es habilidosa: aprovechando la presidencia semestral europea, el presidente del Gobierno español ha convocado a un comité de sabios para que le asesore en la puesta en marcha y ulterior fortalecimiento de un «gobierno económico europeo», un cometido que forma parte de la agenda de la presidencia europea. Es obvio que, en el fondo, el apoyo que obtendrá el jefe del Ejecutivo para llevar a buen puerto este designio comunitario afectará también a la política interior toda vez que las grandes urgencias españolas, y en concreto la conquista de crecientes caudales de productividad para fomentar el empleo y la competitividad, son también las necesidades europeas, que, una vez constatado el fracaso de la Estrategia de Lisboa, se pretende ahora implementar en la Estrategia 2020. En definitiva, ZP pretende legítimamente aprovechar para uso doméstico la confianza que sean capaces de generar en el ámbito europeo los tres pesos pesados que ayer acudieron a La Moncloa: Felipe González, actual presidente del Grupo de Reflexión (el comité de sabios de la UE), muy crítico en sus aportaciones a la Estrategia 2020 con la creciente burocratización de la Unión; Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea entre 1985 y 1995, probablemente el líder europeo que más ha hecho avanzar la construcción europea en toda su historia, y Pedro Solbes, una auténtica institución en nuestro país, con un protagonismo puntero entre mediados de los noventa y el año pasado, en que cedió el testigo de la vicepresidencia económica española a Elena Salgado. La noticia de dicha reunión incluye también una entrevista inminente de Rodríguez Zapatero con Miguel Boyer -el primer ministro de Economía de Felipe González- y, el 13 de enero, con un grupo selecto de expertos europeos en telecomunicaciones. Sería deseable que ZP escuchara también opiniones de economistas liberales, como Rodrigo Rato por poner el ejemplo más obvio.

Durante este semestre, se promoverán reformas económicas europeas de gran calado que requieren, efectivamente, opiniones expertas. Probablemente la más interesante y delicada será el Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, una institución técnica encaminada a dar la alarma cuando se detecte un riesgo económico grave (las burbujas inmobiliarias lo eran, por ejemplo). Y es plausible que se promueva desde instancias políticas grandes debates técnico-económicos. La apelación al tándem Delors-González es particularmente relevante ya que ambos políticos, con una gran complicidad recíproca, fueron junto a Kohl los promotores del Tratado de Maastricht, del que arrancaron la moneda única, con los Pactos de Estabilidad y Crecimiento que daban consistencia al consenso socialdemócrata sobre el que se ha erigido Europa, y la constitucionalización confederal de la Europa sucesivamente ampliada.

En el ámbito estrictamente español son conocidas ciertas discrepancias recientes -y estimulantes- entre ZP y González: el ex presidente ha defendido la necesidad de mantener y extender la energía nuclear y ha criticado al actual presidente español por no llevar a cabo la reforma laboral necesaria con tal de no contrariar los sindicatos Es muy saludable que la familia socialista celebre debates de este calado, con intervención de personalidades indiscutibles que ya han dejado huella en la historia reciente.

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