Cuento con poesía

Lillo del Bierzo es mi pueblo. Muy próximo Fabero, que es el Ayuntamiento al que pertenece, cuenca minera del alto Bierzo. Allí nací, crecí y aprendí las cosas básicas e importantes para desarrollarme como persona. En mi pueblo, los barrios están distribuidos formando casi una cruz: La Campera, La Plaza, El Campo, El Castro y La Pozaca. Por ellos, jugábamos y nos divertíamos con el escondite, el ta-ta-ti, ojo-cuchillo-tijera, la peonza, la tachuela, el fútbol... Conocíamos perfectamente nuestro entorno más próximo y con el tiempo, nuestro conocimiento del medio se fue ampliando a los pueblos cercanos y lejanos del Bierzo y Laciana; sin dejar de mencionar los bonitos valles de los Ancares y Fornela. En la escuela de Lillo, nuestro maestro era D. Aniano Fernández, recuerdo como muchas veces nos hacía recitar aquello que empezaba así: «Es puerta de la luz un libro abierto, entra por ella niño...» y seguía. Después en el Instituto de Fabero con profesores como don Emiliano Simal, don Juan Pulgar, doña Mercedes Rodríguez, don Antonio, doña Conchita... y más. El haber jugado durante algunos años en la S.D. Fabero, me dio la oportunidad, no solo de una preparación física importante, sino de conocer muchos lugares de nuestra Comunidad Autónoma. Debo mencionar compañeros de equipo como Armando, Moreda, Miguelín, Abella, Valentín, Toni, Luis Lechero... y más; también los entrenadores Moisés, Jesús «el pastelero» y Abel. Guardo algunas fotografías y recortes de periódicos de aquellos buenos momentos. El conocimiento de mi tierra no solo fue por su exterior, tuve la oportunidad de conocerla por dentro, mi padre fue minero y yo también durante unos cinco meses (Antracitas de Marrón), antes de irme a la Universidad de Oviedo a realizar los estudios de Medicina. A lo largo de aquellos años y posteriores, ocurrieron accidentes mortales y algunos fallecimientos inesperados, muy conocidos en la zona y amigos míos. De las experiencias vividas en aquella época de juventud, hace ya algunos años, escribí una especie de cuento con poesía titulado «El minero y el ratón», que fue publicado en este diario el 24 de diciembre de 2009 y que era dedicado a mi tierra, a los mineros del municipio de Fabero en particular, a los del resto del Bierzo y Laciana en general, a sus familiares, a las personas que cito aquí y a las que lo intuyen estarlo. Por último, agradecer al director Diario de León y su equipo de colaboradores el haber hecho posible su publicación.