Desbarajuste

Aquí te espero camino gallego

Que el transporte público en León es un disparate es algo que todos sabemos y a lo que nos hemos resignado desde siempre. pues cada cambio que se hace es peor. Pero lo que no entiendo es esa especie de nucleo cerrado que tienen y en el que parece que no están dispuestos a admitir a nadie. Es como si sólo se permitiera su uso a los iniciados, y aquellos que ocasionalmente pudieran o quisieran viajar en los autobuses no fueran bien recibidos y se les pongan todas las pegas posibles para que no lo consigan o decidan desistir. Justo lo contrario de lo que debería ocurrir. Así no es difícil aventurar que los usuarios cada día disminuyan, en vez de aumentar.

Pongamos que usted no necesita habitualmente utilizar el autobús urbano de León, pero un día tiene que ir a visitar a alguien al hospital, o acudir a la otra punta de la ciudad. Usted se acerca a la parada más próxima, con intención de enterarse de horarios o frecuencias y resulta que en la parada no hay un solo papel donde ponga algo que le pueda interesar. Le pregunta a algún usuario, que no sabe responderle y, además, «hoy, como es sábado, el descontrol ya es total». Y allí esperan pacientemente más de media hora. Menos mal que no llueve y tampoco hace frío, pero si así no fuera daría igual, con unas paradas sin marquesina o unas marquesinas por las que se cuela el agua y el viento. Pero el autobús no es el tranvía... de la marquesona en Santo Domingo.

Siguiendo con la historia real, cuando por fin llega un autobús, resulta que el conductor no sabe qué línea pasa por Santo Domingo... Y así, el viajero ocasional, perplejo, decide cruzar la ciudad andando, en vez de esperar más y no saber si podrá llegar a su destino. Increíble si no fuera cierto.