Diario de León
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Sin señal del TDT en el medio rural

Han pasado ya seis meses del apagón analógico en la provincia de León y todavía hay pueblos sin señal de la Televisión Digital Terrestre. Lo que me parece vergonzoso que manden a estos pueblos bocetos explicando las ventajas que tiene la Televisión Digital Terrestre a personas que todavía no disfrutan de la misma. No se han cumplido ninguno de los plazos en las fases correspondientes, es injusto que haya ciudadanos que para poder ver la televisión tengan que abonarse a una plataforma digital. ¿Porque no liberan el acceso a la señal vía satélite del TDT?, así con una antena parabólica y un sintonizador digital normal tendríamos la señal del TDT y no tendríamos que esperar a que te pusieran uno subvencionado, el subvencionado aparte el coste que te supone tiene dos inconvenientes, no hay tantos instaladores autorizados para colocar los receptores y otro el mantenimiento ¿qué pasaría si se averían? Y ¿Quién los va a suministrar? Sin embargo los que no están subvencionados en cualquier lugar los encontraríamos. Y luego quieren que en los pueblos y aldeas crezcan en población si ni siquiera tienen uno de los derechos fundamentales que es el derecho a la información. Parece que en estos pueblos cuanto menos servicios más incomunicación. Gracias.

Antonio Arias Terrado. toreno

La metedura de pata del Musac

Musac, siempre me ha sonado a algo grande, majestuoso, totalmente rotundo. Así que me dirijo allí el jueves después de enterarme de casualidad que se va a proyectar «algo» sobre Riaño. Llego sobre las 19.50 horas y me encuentro una cola considerable que posteriormente traspasaría la puerta de salida/entrada. Pronto observo un poco de revuelo, entradas y salidas de la sala y, al fin, autorizan el paso al público mientras van contando a los que entran. En un primer momento me temo lo peor pero pienso: -No puede ser, un museo tan importante con tanto nombre incluso a nivel europeo, están acostumbrados a organizar este tipo de eventos, seguro que están preparados. La cola se detiene a mi altura y a los pocos minutos una chica, imagino que responsable de la sala, con cara de no saber ni lo que le está pasando, nos indica que tenemos que volver el viernes a las cinco de la tarde ya que tal afluencia de público no estaba prevista. Me quedo de piedra ya que no sé si me encuentro en un importante museo o en la casa de cultura del barrio. En este diario se publica el viernes que Ramiro Pinto se quedó sin ver la proyección como tantos otros que estábamos allí, algo incierto ya que finalmente consiguió entrar no sin antes insistir a varios organizadores que ubicaran el proyector en otro lugar del museo, más amplio, donde pudiéramos verlo todos ya que, según comentó, se trata de un aparato moderno y que es de fácil traslado a cualquier lugar. Mi intención no es criticar la proyección aunque pudo haber sido más dinámica y también tiene algún comentario bastante desafortunado, pero lo que realmente me asombra es la falta de profesionalidad y organización del Musac ya que la solución de «vuelva usted mañana» daba a entender que nos estaban haciendo un favor y además a las cinco de la tarde ya limitaba mucho la asistencia. Además, le añadimos –ya el viernes- la falta  de los creadores; quizás esto hubiera sido más interesante que el propio proyecto en sí, para poder hacer los comentarios pertinentes después del visionado. No tuvimos ese derecho de intercambiar opiniones y de poder pedir alguna explicación sobre el sentido que tenía aquello que acabábamos de ver. Es ridículo que no se prevea que cualquier cosa que  lleve por nombre Riaño va a ir a acompañado de una respuesta masiva de público por el simple hecho de que, a lo largo de estos 23 años, nunca hemos estado ni callados ni olvidados y porque hacen falta muchos años y la desaparición de muchas generaciones para que Riaño deje de mover masas. El nombre de Riaño sigue resonando con tal fuerza que todavía a algunos les quedan años de dolor de cabeza. 

Laura Alonso. Villa de soto

Una nación

Somos muchos los españoles de Barcelona, Valencia, Bilbao, etc. que ya estamos hartos del Estatut. He vivido y trabajado en estas ciudades, y no queremos separatismos, sólo vivir y trabajar. Son los dirigentes que nos gobiernan los que debieran velar por todos los españoles; se han bajado mucho los pantalones. Y no es bueno para la salud de España. Nada de nación de naciones, nada de seguir perdiendo más historia. O, por hablar de historia, ahora se celebran en León los 1.100 años ¿Cuántos años tiene de historia Cataluña? ¿Cuándo fue Reino? Dejémonos de tonterías. Quizá queremos un muro que lo parta todo por la mitad. Dejémonos de payasadas y trabajemos para tener un país que sea la envidia del mundo. Hay que estar unidos y echar a los politicones cantamañanas. España es una.

Miguel Valcárcel. león

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