Diario de León
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Algunos políticos se rasgan ahora las vestiduras y acusan por doquier, a diestro y siniestro, más bien a diestro, del cierre de la compañía Lagun Air allá por octubre del 2008. Pero ninguno de esos políticos que acusan lanzan sus miradas hacia quienes desde un principio gestionaron la compañía aérea y decidían, sin estar preparados para ello, cuál era la estrategia de rutas que había que llevar a cabo. Esos políticos se limitan a culpar de la quiebra a la Junta. Pero, ahora, el informe del administrador concursal es claro y señala directamente a quienes dirigían la compañía y a su «nula» preparación para ello como unos de los responsables de la quiebra final de Lagun Air. Nada dice el admnistrador sobre el grado de culpabilidad de las administraciones. Muy al contrario, a ellas si algo les reprocha es el exceso de ayudas concedidas a la compañía, que podrían rayar incluso con la legalidad de las normas de la libre competencia europea, que impide las subvecinones públicas para compañías aéreas.

Y es que los propietarios de la compañía, los mismos que la llevaron a la quiebra, recibieron 20 millones de euros en ayudas públicas en sólo tres años. Veinte millones que se gastaron y que no sirvieron para sacar adelante una empresa que, de inicio, lo tenía todo: vuelos, pasajeros y dinero público, pero que con todo y con eso muchos meses antes de que su presidente Ignacio Tejera declarara el proceso concursal, la suspensión de pagos de toda la vida, ya estaba en quiebra, según se recoge en un informe final que resulta realmente esclarecedor. Unas conclusiones que el juez, atendiendo a la propia indicación del administrador concursal y del fiscal, declara fortuito y libera a los dueños de la compañía de tener que hacer frente a las deudas con su patriomonio personal y todo porque, según el informe, las decisiones finales recaían en el gerente Plácido Sánchez, que eso sí las consensuaba con su presidente. Un gerente que, también ahora se ha sabido, cobraba 150.000 euros en nómina y tenía en la recámara un millón de euros por objetivos. Revelador, muy revelador.

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