La Bañeza apuesta por la cultura

L a semana pasada ha sido etapa de inauguraciones: la estación del AVE, el inicio de las obras que acabarán con ese molesto escollo de vías del Crucero, y, sobre todo, visto desde los ojos de una bañezana, por fin se ha inaugurado el nuevo Teatro Pérez Alonso, cuya rehabilitación ha costado 5,5 millones de euros. Pérez Alonso, inicial propietario y constructor, quiso que la primera obra que allí se exhibiera fuera El huésped del sevillano , zarzuela de capa y espada, pintores, condes y aventuras tales que sirvieron al huésped del mesón de Sevilla de la zarzuela, Don Miguel de Cervantes, para su conocida novela La ilustre fregona. Mas lo importante es que, cuando se erigió entre 1928 y 1930, este escenario de las artes supuso la continuidad de una vieja tradición en nuestra ciudad: el gusto por las comedias, por el teatro, vivo desde el siglo XVI en una Bañeza, comerciante y abierta, que ha sabido disfrutar de la vida sin olvidar el oremus, acoger sin preguntar orígenes ni antepasados. Todos iguales, vecinos de una villa a la que la reina María Cristina convirtió en ciudad.

Conocemos los nombres de varios autores de comedias del Siglo de Oro que pasearon por nuestras calles, y los de otros que exhibieron a través de diversas compañías sus obras. Siempre, de una manera u otra, vinculada la tradición festera al dinero que ponían para contratarlas los gremios y cofradías, sumamente potentes en La Bañeza. Como aparece en un protocolo notarial de 1592, en el que la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias contrata una comedia «a la española, con su música». Vamos, que nos gustaba la zarzuela antes de que naciera el género. Y fíjense si éramos devotos del teatro que en 1631 hasta nuestro Cristo de la Capilla de las Ánimas de Santa María se convirtió en el patrono de los comediantes que por allí pasaban.

La Bañeza, a partir de la recuperación del Pérez Alonso, recobrará el prestigio del que antaño gozó revitalizando esta vieja tradición hecha costumbre de casi cinco siglos documentados. Pero mi ciudad no solo será protagonista en el futuro por el buen hacer de un consistorio y un alcalde, Palazuelo, dispuestos a darlo todo por ella. También debe mucho a sus ciudadanos, como a la familia Cavero-Carvajal, o mejor dicho a la entrega de una dama de la cultura: Olga Cavero, gracias a la cual, y al generoso apoyo del Ayuntamiento, se abrirá esta misma semana un nuevo museo en La Bañeza: el de la Indumentaria, rico en fondos, vivo en el marco incomparable de la casa de doña Josefina, un bello ejemplo de la arquitectura burguesa española. Solo nos falta nuestro circuito de velocidad, vieja demanda que aguarda pronta respuesta. Ojalá llegue no tardando para completar esta apuesta por la cultura como factor de desarrollo económico.