Impuesto, improvisación y demagogia

Si el Consejo de Ministros no lo remedia hoy, y ni mucho menos parece que vaya a hacerlo, 160.000 españoles cuyo patrimonio es superior a 700.000 euros se verán afectados por el nuevo gravamen —que en realidad es viejo— para los más ricos que impondrá el Gobierno por exigencia del candidato socialista a La Moncloa. Aunque las cifras no se han precisado, se calcula que Hacienda recaudará por este concepto algo más de mil millones de euros. La medida afectará a alrededor de 1.600 leoneses, que aportarán unos nueve millones.

Tras la decisión hay improvisación: José Blanco airea unas cifras distintas de las de Elena Salgado y anteayer no se sabía ni a cuántos ni a quiénes ni en qué medida afectaría. ¿O es que alguien se va a creer que el restablecimiento de este impuesto estaba en los planes de Zapatero cuando hace unos años se consideraba obsoleto y lo de bajar gravámenes era tan de izquierdas? Hay improvisación, una vez más, pero también intereses electores muy concretos por parte de un Rubalcaba que aprovecha así la debilidad de Zapatero. Y sobre todo demagogia, mucha demagogia, porque al margen de que, por supuesto, es justo que paguen más los que más tienen, la vigencia del impuesto va a ser tan limitada como la convicción en su eficacia por parte de quienes lo idean y/o lo consienten.