Diario de León

LA VELETA

Desprofesionalizar la política

Publicado por
ANTONIO PAPELL
León

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El PP está recogiendo iniciativas espontáneas de los ciudadanos para considerar la posibilidad de incluirlas en su programa electoral y, como es natural, muchas de las ideas que llegan a la formación conservadora están impregnadas del espíritu que ha caracterizado al 15M, tendente a aproximar la política a la sociedad, a reducir las burocracias, a mejorar los cauces de participación, a perfeccionar los sistemas de representación, etc.

Entre las sugerencias más citadas, están la limitación de mandatos; la reducción del número de parlamentarios, tanto estatales como autonómicos; la reducción del tamaño de las corporaciones locales y de los gobiernos regionales, etc. Iniciativas todas ellas que tienden hacia una desprofesionalización de la política, esto es, a una reducción de los cargos públicos que hayan de ser ocupados por profesionales de la política, lógicamente retribuidos. Lo que a su vez sugiere que, en lugar de promover recortes cuantitativos, los partidos harían bien, si quieren atender la demanda social, avanzando en esta vía de desprofesionalización.

En lo tocante a la reducción de efectivos en las cámaras legislativas estatales y autonómicas, la Constitución diseña con bastante rigidez el Congreso y el Senado. El artículo 68 dispone que «el Congreso se compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 diputados». Y el Senado está todavía definido con más precisión por el artículo 69: habrá cuatro senadores por provincia, salvo en las provincias insulares en que las islas mayores (Gran Canaria, Mallorca y Tenerife) tendrán tres y uno las siguientes islas o agrupaciones: Ibiza-Formentera, Menorca, Fuerteventura, Gomera, Hierro, Lanzarote y La Palma; Ceuta y Melilla elegirán dos senadores cada una, y cada comunidad autónoma elegirá además, por sufragio indirecto, un senador más otro por cada millón de habitantes. La reducción de efectivos en la Cámara Baja —se podría bajar de 350 a 300— tendría, pues, escaso alcance. Y el Senado no puede tocarse sin reformar la Constitución.

Sí puede llevarse a cabo en cambio una reforma profunda de los parlamentos autonómicos y de las asambleas municipales, en que la profesionalización no es indispensable. En muy dudoso que las cámaras regionales, cuya tarea legislativa es escasa y la función de control, sencilla, requieran políticos profesionales y retribuidos. Tendría sentido desprofesionalizar esta tarea y ponerla en manos de ciudadanos que dedicaran a dicho servicio una parte de su tiempo, con gastos pagados mediante dietas pero sin retribución por su labor. Y lo mismo podría decirse del escalón municipal.

Hay, en definitiva, un vasto campo de reformas posibles. Tan posibles como poco probables porque nunca es fácil que la clase política renuncie a incrementar por sistema su tamaño y su capacidad de control.

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