Diario de León
Publicado por
CAYETANO GONZÁLEZ
León

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El sistema parlamentario del que nos dotamos los españoles con la Constitución de 1978 posibilita que cada cuatro años como máximo —la prerrogativa de acortar, nunca de alargar, ese plazo corresponde en exclusiva al Presidente del Gobierno— los ciudadanos podamos elegir mediante el ejercicio del voto a quien queremos que nos gobierne durante ese periodo de tiempo. Eso es lo que ni más ni menos tendremos posibilidad de hacer el próximo domingo.

Alguien podrá argumentar que el no votar es otra opción igual de legítima que el hacerlo. Formalmente es así, pero parece claro que el acudir a la urna y votar por tal o cual formación política o incluso hacerlo en blanco, tiene un plus mayor de ejercicio democrático que el quedarse en casa. Dicho eso, me gustaría añadir que por encima de todo, ¡viva la libertad! y por lo tanto, que cada ciudadano haga lo que considere mas oportuno o conveniente. Pero eso si, que luego nadie —sobre todo los que decidan no votar— se queje de cómo puedan ir las cosas.

Lo que también parece claro es que las elecciones del domingo revisten una especial importancia derivada de la delicadísima situación económica en la que se encuentra nuestro País con cinco millones de parados y casi un millón y medio de familias donde ninguno de sus miembros tienen trabajo. A intentar resolver esta situación habrá de dedicarse desde el minuto uno el nuevo Presidente del Gobierno que salga elegido de las urnas el domingo. Pero que nadie se engañe. Un simple cambio de inquilino en el Palacio de la Moncloa no garantiza de por si que las cosas vayan a mejorar inmediatamente como por arte de magia. Ese cambio de persona tendrá que ir inevitablemente acompañado por un cambio de políticas y por la toma de decisiones que supondrán sacrificios para todos.

Es en este punto donde radica en mi opinión la razón de fondo que explica la clara ventaja que todas las encuestas otorgan al candidato popular sobre el candidato socialista. A Rubalcaba se le asocia, con razón, con el proyecto político que ha llevado a cabo Zapatero en estos siete últimos años. Es decir, se le percibe como mas de lo mismo y con poca credibilidad para proponer ahora cosas distintas a las que ha hecho o dejado de hacer el Gobierno del que ha formado parte. Sin embargo, a Rajoy se le ve como alguien que hace pocos años formó parte de unos gobiernos, los de Aznar, que situaron a España en una posición económica solvente y al que por lo tanto se le puede conceder a priori el beneficio de la duda a la hora de pensar en su capacidad para hacer frente a la crisis económica actual. En cualquier caso, lo dicho: el domingo todos los ciudadanos con derecho a voto podemos y debemos ejercitarlo de la manera que mejor nos parezca.

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