Diario de León

TRIBUNA

Ordenación del territorio

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MÁXIMO SOTO CALVO. ASOCIACIÓN PRO IDENTIDAD LEONESA
León

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Qué territorio? Tan perentoria pregunta es algo más que pura retórica. Los autonomistas que nos administran desde Valladolid le empezaron cantando aquello de: «Nueve provincias una comunidad», un himno ramplón en el que ahora les estorba lo provincial, como iremos viendo. Pretendo que sirva la interrogación como revulsivo a los leoneses, toda vez que parece que hayamos puesto a enfriar los mejores y justos deseos como pueblo diferenciado. ¿O es que ya no lo somos?

Recordemos que no sólo no fuimos preguntados si queríamos asociarnos con Castilla en un ente autonómico, sino que, además, consumado el hecho «por razones» de sobra conocidas, ¡nadie nos preguntó si queríamos renunciar a nuestra propia territorialidad! Y claro, ahora, impuesto el criterio autonomista castellano, y adormecido nuestro orgullo identitario leonés, nos venden la supuesta ordenación como un bien para nuestros 211 ayuntamientos que «decidan» conformarse en asociaciones voluntarias, eso sí, dentro de los 250 ó 300 distritos que se inventan para la comunidad, transformada en región única, sin apellido de política, en la que se eliminarán los límites provinciales.

En principio, aprisionados transitoriamente como estamos en el ente, no cuestiono que deba haber una ordenación, si ello conlleva mejor servicio y minoración del gasto. No soy experto en esto, por ello siguiendo los consejos escritos por Javier Callado y Proyecto León que capitanea, asumo, lo que el sentido común ya me indicaba y él nos propone con docta claridad, aconsejando la fusión de Ayuntamientos en León.

Si bien, mi fundamentada desconfianza hacia la Junta autonómica, me lleva a destacar aquí con rotundidad que en modo alguno podemos dar por olvidadas las dos regiones que componen el ente. Y mucho menos caer en el error de permitírselo, pues supondrá un paso definitivo en su maniobra unitarista largamente perseguida, y por lo tanto: ¡la fulminación política de nuestros derechos regionales leoneses!

De modo que, curándonos en salud, y para empezar, debemos tener presente que a «nuestros» políticos no les podemos dejar solos ante el «gran pacto» que anuncia el ente, pues tienen anulada la voluntad leonesa diferenciada, se deben al partido que les nombra, y si de algo se van a preocupar es de que no decrezca el número de escaños a los que aferrarse; a partir de ahí, salvo honrosas excepciones, preferirán ignorar que se nos aboca a la anulación como pueblo, pueblo leonés. Lo contrario a lo que con amargura me he atrevido a afirmar, se demuestra con hechos. Esperándolos quedo.

Hace 10 años, en el 2001, el consejero de Fomento de entonces, José Luis González Vallvé, fue el encargado de intentar poner el cascabel a un «gato» llamado Ordenación que había arrancado en 1998. Técnicamente hizo un plan, tan ampuloso como dañino: se tragaba en el invento las provincias y con ellas las Diputaciones.

Marcó hasta 47 espacios funcionales que se asemejaban a comarcas. Algo así como una opa hostil lanzada al mercado de los valores del sentimiento leonés. Una novedosa fusión territorial, y a partir de ella borrón y cuenta nueva, pues se acababa de crear una región autonómica castellanizada. Fracasó el intento, pero perdura la intención malévola de la anulación de la región leonesa, de la que León es el último bastión.

En estos momentos de incertidumbre económica que demanda ahorro, están viendo los administradores del ente una situación propicia para rematar aquella labor emprendida tiempo atrás, y que en el 2006 apuntaló Antonio Silván.

En septiembre del 2011, el consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, en León, junto a la presidenta de la Diputación provincial leonesa, Isabel Carrasco, nos vino a contar la enésima batalla al respecto: «se constituirán distritos de interés comunitario, divididos en áreas funcionales y estratégicas»; y con demasiado optimismo se marca un año para la implantación de un «nuevo mapa para Castilla y León». Ahora dicen que conservarán las Diputaciones, ¡y sus escaños!

No podemos fiarnos en la bondad del plan que él nos contó, pues partiendo de la Junta autonómica, ávida de meter mano en todo lo leonés, cualquier cosa nos resulta sospechosa. Ni desafortunadamente tampoco podemos confiar en la presidenta, demasiado afín al ente, que, al parecer, va a ser nuestra voz en los diálogos que sobre el tema orquestará la Junta autonómica, según ha anunciado el citado consejero.

Hemos de estar activos y preparados los ciudadanos leoneses en defensa de nuestra propia territorialidad, municipal, provincial y regional. La parte «social», que ha dicho el señor Santiago-Juárez va a estar en la mesa autonómica sobre la que, en teoría se desmenuzará el asunto, no sé qué personas la compondrán. En materia tan vital, tan cercana como es esa futura conformación territorial, hemos de ser consultados los ciudadanos, que somos algo más que meros sufridores y votantes.

Los leoneses estamos sin apoyo político, toda vez que, con base ideológica, hemos votado con profusión a quienes se deben al «aparato», al ente, PP y PSOE. Si bien, entiendo, nos queda un resquicio, una voz leonesista en política, conviene no olvidarlo, presente en estos momentos en las Cortes autonómicas, aludo al procurador por UPL, Alejandro Valderas, quien no debe permitir que se tome ninguna decisión sin la información anticipada, y sobre todo veraz, a los leoneses, para que, avisados, socialmente respondamos.

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